El rumor de la transacción entre el Gobierno de Venezuela y Goldman Sachs con la deuda dominicana en PETROCARIBE ha generado muchos comentarios. A continuación los míos.

1.¿Operación extraña? ¿Nos afecta? Planteada como está en la noticia, no hay nada esotérico ni fatal para nosotros. La venta de cartera de créditos o títulos es una operación común en el mercado de valores. El dueño de un activo financiero puede venderlo a cualquier interesado en la compra. Estos son acuerdos voluntarios que, una vez cerrados, implican que ambos participantes esperaban estar mejor que en su posición original.  El deudor, bien gracias. No pinta nada, no toca pito ni flauta. Está de espectador en una grada de un partido que no le afecta; un aguilucho viendo la definición del campeonato de la capital entre sus dos equipos descalificados.  ¿Por qué? Simple, los términos del pagaré no se cambian o acomodan para el nuevo dueño cuando hay transacciones del tipo explicado.

2.¿Que motiva la transacción? Expectativas de ganancias para cada participante.  Venezuela, propietaria de los pagarés, estaría demostrando que se siente mejor recibiendo efectivo en dólares ahora que esperar 20 años para cobrarla.  Lo que recibe es el valor presente neto de la deuda, un monto obviamente menor que su valor nominal, y que ambos participantes calculan en base al perfil de riesgo de la deuda dominicana.

Para Venezuela la transacción tiene sentido financiero a cualquier nivel que tenga el precio del petróleo.  Antes, con precios altos, también hubiese sido posible montar ese esquema para generar más efectivo para cualquier proyecto especial.  No hay que estar mal para vender cartera, como bien demuestra el Banco de Reservas.  Nunca ha tenido en su historia la rentabilidad que ha logrado su presente administración y, sin embargo, anunció la semana pasada la venta a compradores extranjeros de una parte de la cartera pública en dólares.

En la situación actual de precios menores del petróleo, lo que banqueros de inversión vienen percibiendo es la mayor probabilidad de que a Venezuela le interese una operación de esa naturaleza.  De hecho, hay que dar por seguro que  todos los bancos de inversión que han interactuado con autoridades de Venezuela o República Dominicana, han tocado ese tema en sus presentaciones.  Es un tipo de transacción común que a diario se ejecuta, con los estándares de transparencia que norman a los participantes del mercado.  Debería hacer sentido en el gobierno y la oposición, tanto de aquí como de allá, y las especulaciones sobre manejos turbios creo pertenecen a la literatura de ficción.

El comprador de la deuda tiene dos opciones: mantenerla como un activo a vencimiento, y ganarse el rendimiento al que la adquirió,  o venderla a otro interesado en comprar para ganarse un margen de arbitraje.   Como Goldman Sachs es un banco de inversión, se presume poco interés para mantenerlos a vencimiento. Lo lógico es que su intención, en caso de ser cierta la noticia que publicó el Miami Herald, sería adquirirlos para venderlos.  República Dominicana sería un potencial comprador, pero no el único.  Las exitosas colocaciones de bonos  que ha hecho el país demuestran la gran demanda para adquirir nuestro riesgo soberano, en los mercados de capitales internacionales.

Ahora bien, Goldman Sachs ha sido el estructurador de las emisiones realizadas este año por República Dominicana y, al mismo tiempo, parte de sus responsabilidades es asesorar  en la reconversión de pasivos.  En consecuencia, cualquier transacción real que se pudiese concretar en el futuro, involucrando a los dos países y a esa empresa, no debe ser ninguna sorpresa. Como tampoco serían los términos a que ésta se acuerde, dada la experiencia negociadora mostrada por el país en los últimos años en colocación de bonos y otras operaciones de deuda pública.

3.¿Es exagerado el descuento que menciona la noticia? La oposición venezolana y algunos comentaristas locales opinan que sí. En Acento.com.do, un colega sostuvo que Goldman Sachs hizo una evaluación de riesgo como si nuestra deuda fuera de “bonos basura”. No me parece.  El autor ofreció las siguientes informaciones en su artículo: a) Deuda Petrocaribe con vencimiento a 20 años a un 1% de interés; b) bonos soberanos a 20 años dominicanos se negocian con rendimiento de 5.77%.   Con esos dos datos se infiere que para vender esa deuda a un inversionista que quiera aceptar nuestro riesgo, el mínimo rendimiento que estaría dispuesto aceptar es 5.77%.  Es decir, si puede comprar nuestros bonos a 20 años a 5.77%, ¿por qué aceptará un pagaré, con ese mismo vencimiento, que le ofrezca menos?  Si es así, entonces, lo que resta es encontrar el precio descontado al que debe adquirir la deuda para que, con el pago de interés al 1%, el rendimiento equipare el que actualmente tiene un soberano a 20 años.

Para hacer esto me gusta la calculadora gratis de bonos FICALC.  En la imagen de la izquierda pueden ver que poniendo el vencimiento del bono a 20 años, para el 7 de diciembre de 2014, la tasa o cupón al 1%, pagadero semestralmente, y el yield o rendimiento que se espera en 5.77%, el precio que resulta es 43.84 del valor par. En otras palabras, un descuento de 56.16%, como ven cercano al 59% que, de acuerdo a la noticia no confirmada, fue negociada la deuda entre Venezuela y Goldman Sachs.  Si este 59% lo asumimos como el descuento de la operación, se pone en la calculadora el precio de 41 para obtener entonces un rendimiento de 6.18%, que se observa en la imagen de la derecha.  Los números, por lo que veo, entonces no andan divorciados de la realidad de los bonos dominicanos en el mercado.  Entonces,  como decía el célebre actor mexicano que se nos acaba de marchar,  “que no panda el cúnico”.fical4