Los mayoristas de gasolina y gasoil en la Republica Dominicana son menos de una docena y entre ellos los principales son: Shell, Texaco, Esso e Isla.
En las naciones que no cuentan con una refinería de petróleo o, si la tienen, su capacidad está muy por debajo de la demanda nacional de combustibles refinados – como Panamá, Salvador, Costa Rica, Honduras, Guatemala, etc.- los mayoristas o distribuidores son los mismos que importan los combustibles.
En esos países el margen bruto de comercialización que le reconoce el Gobierno al mayorista se destina a cubrir los costos de importación que incluye flete marítimo desde el país de origen, seguro marítimo, costos financieros, pago de uso de terminal portuaria, merma o perdidas por temperaturas y los costos de almacenamiento y gestión previo a la venta a los detallistas.
En nuestro país, los llamados mayoristas no son importadores de gasolina ni de gasoil, apenas tienen una muy limitada capacidad de almacenamiento, y sin embargo cobran un margen por galón mucho mayor que el que reciben los mayoristas importadores en las naciones citadas.
Ese margen en Centroamérica oscila entre 3 y 4% del precio final de cada galón de venta al público, mientras que en nuestro país es de cerca del 6.5%.
En realidad, los mayoristas criollos les compran el combustible a la Refinería y lo revenden a las bombas de gasolina con un 15% superior a lo que compraron. Como se ha dicho, ese margen no se justifica, porque ellos no enfrentan costos de importación y apenas si almacenan.
Cuando al precio de venta de la refinería se le suman los impuestos, el margen de los mayoristas, el margen del transportistas y el margen del detallista, se encuentra un precio final que es más del doble del original y, por esa razón, el 15% del precio de la Refinería equivale al 6.5% del precio final en la “bomba”.
Lo grave del caso es que a diferencia de sus pares de Centroamérica, los mayoristas locales perciben ese generoso
Solo por intermediar prácticamente sin costos ni riesgos entre la Refinería y los detallistas.
La que verdaderamente trae al país gran parte, cerca del 30%, de la gasolina y el gasoil que consumimos, y refina el resto de la demanda en sus instalaciones de Haina es la Refinería, no los mayoristas privados.
Es la Refinería la que cubre todos los costos de importación y gran parte de los de almacenaje.
Pero los mayoristas son también detallistas, dueños de numerosas estaciones de gasolina y gasoil, negocio en el que reciben otro margen de entre 10 y 11% del precio final de cada galón.
Finalmente, los mayoristas son también transportistas, y por tanto propietarios de importantes flotillas de camiones cisternas para transportar los combustibles desde la Refinería a las estaciones. Por ese transporte el Gobierne le autoriza cobrar un margen exagerado de 2.5% del precio de cada galón transportado. Ese margen típicamente ronda entre 1 y 1.5% en otras naciones.
En conclusión, la pareja formada por el Gobierno (vía los impuestos) y los mayoristas (vía sus numerosos y elevados márgenes) son los grandes responsables del elevadísimo precio de la gasolina en el país, en claro perjuicio del gran pueblo consumidor.