Esta es una historia que merece ser contada en tres partes: 1- La periodista Edith Febles denunció  que la Procuraduría General de la República organizó un concurso para designación de un número considerable de fiscales. La comunicadora hizo pública una foto donde el Procurador, alto dirigente del partido de gobierno,  aparece acompañado de un grupo de los aspirantes a ocupar los puestos en el ministerio público. Luego, gran coincidencia, los mismos de la foto resultaron ser los beneficiarios del concurso.

El colofón de esta historia es que el concurso para la escogencia de fiscales en la mencionada ocasión, quedó evidenciado como viciado e irregular, siendo designados sólo aquellos de demostrada adhesión al despacho del Procurador.

2- Conocidos abogados inician una jornada para justificar “legalmente” la reelección del presidente Danilo Medina a pesar de su expresa  prohibición constitucional. Esta misión los lleva hasta ultramar donde dictaron conferencias y enarbolaron doctrinas llenas de originalidad. Vale aclarar que la convicción de los sustentantes de tales teorías es legítima y como tal debe ser entendida y respetada. La democracia implica el estricto respeto al derecho al libre pensamiento y  a la expresión del mismo. La libertad ideológica es un derecho fundamental.

3-El Procurador presenta a quienes  fungirán como fiscales electorales. Es decir, estos funcionarios perseguirán los delitos electorales tales como la compra de cédulas para trastornar el resultado de las elecciones y presenta, además, a los instructores de estos fiscales. Tal vez se sorprendan si se enteran que entre esos instructores se destaca uno de los abogados  que demostró más afán en la  promoción de la reelección de Medina. Falta decir que los fiscales que actuarán como persecutores de los delitos electorales son los mismos escogidos en el concurso ya referido.

¿Se entiende por qué es urgente lograr la independencia del ministerio público?