(Especie de editorialito que hago por mi cuenta y riesgo, para empezar a joder de nuevo).

Somos invencibles. Por eso, aunque nos den un golpe de bolsón, siempre volvemos a levantarnos, como los buenos gallos.

Somos necios. No hay otra forma de hacer periodismo crítico.

Somos incorregibles. Eso es lo que más nos han repetido y a lo que menos hemos hecho caso.

Somos bellacos. Es decir, "malos" en el mejor sentido de la palabra.

Somos traviesos. Hacer travesuras periodísticas es lo más divertido.

Somos cabeza dura. A mucha honra, pues.

Somos intransigentes. Cuando se trata de sostener la defensa del interés general.

Somos insoportables. Lo sabemos… ¿y qué?

Somos insobornables. Hay testimonios de sobra al respecto.

Somos tenaces. Es difícil no serlo, hasta lograr que nos entiendan.

Somos perseverantes. Aquí está la muestra.

Somos persistentes. Es la mejor forma de romper la sordera.

Somos insufribles. Sí, para los malvados.

Somos inchantajeables. Ellos lo saben.

Somos irreverentes. Porque de lo contrario el pensamiento no podría ser libre, y la palabra menos.

Somos indóciles. Lo contrario sería morir.

Somos soñadores. A mucho orgullo.

Somos preguntones. Por eso será que a veces nos sacan el cuerpo.

Somos inconfundibles. Es decir, que no es fácil que alguien nos confunda.

Somos incomparables. No se nos puede comparar con esto ni con aquello, sino con todo lo contrario.

Somos incrédulos. No nos tragamos fácilmente cualquier guayaba.

Somos jodones. Eso resume todo lo dicho hasta ahora.

Nos gusta pensar. No se trata simplemente de "dar tecla y tecla".

Nos gusta la alegría. ¿Qué sería de la vida sin ella?

Nos gustan los fines de semana. Para botar el golpe que es este país.

No nos gustan las "buenas conciencias". Porque son cómplices.

No nos gustan los adocenados. Por pendejos.

No nos gustan las premisas dictadas. Porque no sabemos quiénes las dictan.

No nos gustan algunos ritos. Especialmente los de la burocracia.

No nos gustan las respetabilidades inmerecidas. Porque por sus actos los hemos conocido.

No nos gustan los hipócritas. Porque la hipocresía es el ropaje de los que no se bañan.

No nos gustan los falsos mesías. Porque pretenden ser eternos.

Por todo eso que es que somos como somos.

Por eso fuimos "Firme", "Clave Digital" y "Clave", amorosos patrimonios de nuestro pasado.

"Por eso es que aquí estamos nuevamente, ahora con "Acento".