¿Te has preguntado qué realmente significa ser normal? ¿Y por qué por lo general construimos el paradigma de la normalidad exactamente sobre lo que somos y lo que vemos a nuestro alrededor?
Esto significa que todo lo que es normal para nosotros, probablemente no va a ser normal en el otro lado del mundo.
No es sólo acerca de la moda, los estándares de belleza, las costumbres de cortejo o lo que es apropiado en el tema de savoir-vivre y modales. Es mucho más profundo que eso. Las creencias, los valores, los ideales. Todas esas cosas que se consideran importantes o que hacen feliz a la gente.
Incluso las propias definiciones. La definición de cada cosa no tiene por qué ser la única, la dominante. ¿Qué es la felicidad? ¿Qué es la normalidad? ¿Qué es la vida? No hay respuestas definitivas. Todo es relativo.
Incluso si se trata de cosas tan esenciales, y que supuestamente no se negocian como: el tiempo.
Los antropólogos dividen las culturas en las que se centran en el pasado, el presente y el futuro. Dependiendo de cuál de los tres es el foco principal de la cultura, esta cultura termina siendo diferente. Italia se centra en el pasado, se aferra a sus tradiciones, desconfía de los proyectos nuevos y experimentales. Japón vive en el futuro elaborando los planes de negocio que se ramifican 250 años por delante. Los estadounidenses agarran el día, buscan lo que los hace felices en el momento, tratando de utilizar el tiempo de manera más eficiente, porque el "ahora" es todo lo que tienen.
Y allí está el tema del Tiempo de Relojes, o el Tiempo de Eventos. ¿Han notado cómo las sociedades latinas manejan calendarios y horarios con mucha flexibilidad, mientras que los europeos occidentales viven por horas? Los eventos configuran realidades en América del Sur, mientras que las horas específicas organizan la vida en el Occidente.
Ese conocimiento definitivamente me ayudó a entender las diferencias culturales un poco más. Me facilitó entender que quizás es verdad, que mi esposo latino vive en otra dimensión temporal. Y puede incluso que me haya permitió desarrollar un poco más de paciencia, la cual, obviamente, debido a mi crianza, está estrictamente relacionada con lo que está diciendo el reloj.
Tenemos que ver fuera de nuestra propia perspectiva tan restringida. Entender que incluso lo que vemos como normal, en realidad es, bueno, todo relativo.
A pesar del valor de la educación. Aprender es todo lo que podemos hacer para llevarnos mejor. Aprender los modos de vida de los otros, mirar una vez a través de un lente distinto. Llegar a tiempo, o dejar que el tiempo pase desapercibido. Sólo para poder conseguir que nuestros horarios no sincronizados se reúnan en algún momento.
Y que el tiempo no es siempre lo que está diciendo el reloj.