Hace años que he publicado en Acento.com una columna acerca de las plantas nativas y los jardines en Florida y el Caribe; más recientemente centré el objetivo aún más, coloqué en la mira la pequeña ciudad de Miami Shores.

Aloe – Aloe vera

Algunas personas han preguntado porqué escribo no solo acerca de las plantas, sino que incluyo también a las personas que han creado esos jardines, su procedencia sociocultural y las influencias en el estilo de los jardines y en la selección de las plantas.

La respuesta es que estos artículos no versan solo acerca de horticultura, que es la ciencia y el arte de las plantas, sino acerca de las historias de las plantas mismas y lo que estas pueden enseñar acerca de la historia, la etnicidad y la cultura de los pueblos y de las familias. El objetivo que persigo es en cierta forma un tipo de “etnobotánica”, cuya definición sencilla es más o menos, el estudio de las plantas de algunas regiones y sus usos prácticos, del modo en que se encuentra en el conocimiento de la cultura local y el pueblo y, cómo interactúan los humanos y las plantas.

Tuve mis primeros contactos con el término etnobotánica cuando asistí a la Universidad Cornell, donde estudié antropología y arqueología. Allí conocí un estudiante con quien hice amistad, Timothy Plowman que estudiaba botánica. Él estaba interesado en el estudio en la antropología y la arqueología de las plantas. En una de nuestras conversaciones le sugerí que solicitara una posición en una excavación arqueológica en la que participaría yo en el verano de ese año en el sudeste de los Estados Unidos. Él solicitó y fue aceptado con la función de botánico del proyecto. La excavación ese verano fue en una pradera de las altas montañas de Arizona, donde el clima era frío y seco y todo parecía árido. Al ver ese paisaje pensé que mi amigo se sentiría desilusionado. El mismo primer día en el terreno, al regresar de su primera excursión por los alrededores, expresó su alborozo diciendo, “Esta pradera tiene vida”.

Beautyberry – Callicarpa americana

Durante ese estudio de campo fue cuando le sugerí que debía estudiar etnobotánica. Por fortuna resultó que la universidad de Harvard había incorporado recientemente en sus programas una carrera nueva en etnobotánica. Mi amigo gestionó su ingreso y terminó obteniendo un máster y un doctorado en etnobotánica. Condujo sus estudios profesionales de investigación en la Amazonia, donde realizó sus trabajos con los chamanes y aprendió acerca de los usos de las plantas locales. Él hizo importantes aportes a esta ciencia y terminó siendo reconocido internacionalmente por ello.

Como consecuencia de la influencia del Dr. Plowman acabé extremadamente interesada en el tema de las “plantas nativas”; algo que ha influido en lo que escribo acerca del sur de Florida y, más específicamente del área del gran Miami donde he vivido durante los últimos treinta años. Es posible que algunas personas se pregunten qué define una planta nativa. La respuesta más sencilla es que se refiere a especies que se encontraban en los límites del estado Florida antes de que comenzara el contacto de los aborígenes con los europeos en el siglo XVI. En ese período la población estimada en Florida era de 350,000 personas que pertenecían a diferentes tribus. Las teorías más socorridas sostienen que estos primeros habitantes llegaron a Florida bajando desde la parte norte del continente, así como subiendo desde América Central; estas migraciones sucedieron hace más o menos de 10,000 a 20,000 años. Luego hubo grupos que llegaron en canoas del área próxima del Caribe.

Algunas de las plantas y semillas llegaron con esas tribus. Otras semillas y plantas vinieron por aire y por mar con los vientos y las tormentas; otras semillas viajaron con las aves que las acarrearon en sus excrementos desde otras regiones y las depositaron en Florida. Luego, con el contacto con los europeos, las plantas y las semillas llegaron a Florida con los exploradores y los colonizadores. En algunas ocasiones esto sucedió de manera intencionada y en otras solo por accidente. En épocas más recientes el influjo de inmigrantes en Florida ha traído consigo nuevas variedades de semillas y plantas.

Flor de la pasión – Passiflora incarnata

En la actualidad en Florida conviven personas de diferentes orígenes y antepasados que provienen de todo el mundo. Algunos provienen de América Central y de América del Sur, así como del Caribe. Sin duda, muchos de entre ellos tienen a su vez raíces europeas o mediterráneas y del Medio Oriente. Otros llegados a Florida vinieron a su vez al Caribe desde la India, de Asia, del Sudeste Asiático, África y Australia. En el aspecto cultural esto significa que en estos grupos vinieron cristianos, musulmanes e hindúes.

Junto con sus diversas culturas y costumbres, estas personas han introducido usos diferentes para plantas ya conocidas, o plantas desconocidas antes con nuevos usos, tales como alimento, para usos medicinales tradicionales o para prácticas religiosas. Mucho de lo que se encuentra explicado antes aclara el porqué pregunto a los jardineros y paisajistas acerca de sus ascendientes y los países de origen. Si se revisan los artículos publicados podrá notarse que se han entrevistado personas procedentes de República Dominicana, Haití, de los diferentes países americanos, de Rusia, Alemania, de las islas británicas, del norte de África y otros más.

El humano y su entorno han compartido la vida en la madre tierra durante siglos. En la época en que se vive actualmente se trata de concienciar a las personas para que no destruyan el entorno, sino que contribuyan a su preservación para que quede como herencia para las generaciones venideras. Para que las generaciones venideras encuentren un mundo mejor, más apropiado para la vida en común, más adaptado a las necesidades reales de la subsistencia. Para que esto se logre hace falta que se trabaje para proteger la naturaleza creando una consciencia ecológica.

Café silvestre – Psychotria nervosa