Matías Bosch le da una galleta sin mano a Félix Bautista: “Bosch fue un hombre honesto que no aceptó, permitió ni fue cómplice de ninguna inmoralidad o traición, menos si se trataba de atentar contra la dignidad y los dineros del pueblo, o usar la política para aprovecharse de él. ¿Qué fuerza, qué protección ha permitido que haya personas que se sientan con el poder de enriquecerse, atentar contra el interés público de manera sistemática y grave; que tengan tantas conexiones e influencia, y hasta se atrevan a enlodar públicamente la figura y el nombre de los próceres, como lo es Juan Bosch?”.