Si la ley 5880, del 1962, prohíbe a los Trujillo activar políticamente y exaltar aquel terrible régimen; si todavía, 58 años después, el país no acaba de resarcirse de tantos abusos de toda índole, miles de asesinatos, robos incalculables; si la Constitución establece, además, que para aspirar a un cargo electivo todo extranjero debe hacerse dominicano y vivir aquí por lo menos 10 años continuos, ¿cómo se explica que la Procuraduría General y la Junta Central Electoral permitan que un extranjero, nieto del tirano, active hoy por la Presidencia de la República?. (Parece que ese sujeto está protegido desde el Palacio Nacional).