Aunque con 19 años de retraso, debemos celebrar con alegría que, ¡por fin!, en República Dominicana empezó el nuevo siglo. Se ve claramente en el hecho de que la mayoría de este pueblo, en todo el país y en su dilatada diáspora, se movilizó espontáneamente contra el grotesco atropello electoral del 16 de febrero. Se ve claro en la sorpresiva irrupción masiva al plano político de una generación “milennial” que evidencia ser capaz de emular las glorias de la juventud del pasado. Se ve más claro aún en el hecho de que la mujer ocupe espacios cada vez más altos en nuestros procesos electorales. (¡Bienvenido el Siglo XXI!).