El señor Quirino Paulino en persona, da cuentas de sus relaciones de negocios y personales con sectores políticos del país, destacando las que dice haber tenido con el ex presidente Fernández. Independientemente de la verdad o mentiras que tengan esas declaraciones, su coincidencia con el juicio a Félix Bautista y con el decir de diversos sectores y de altos dirigentes del PLD de que los Estados Unidos no son ajenos a estas imputaciones, evidencian que ese partido y Fernández están ante la más profunda crisis de sus respectivas historia política.
Ante las imputaciones de Quirino, la respuesta de Fernández ha sido de un simplismo que no se corresponde con la gravedad de las mismas, ni con su probado talento. La visita del presidente Medina a su casa junto a otros dirigentes de su partido, sin dar ninguna declaración sobre las razones de la misma, son signos de que esa organización ni Fernández tienen claro qué decir ni cómo enfrenar la situación.
Como país, tenemos un partido gobernante cuyo Secretario de Organización está en los tribunales, acusado de enriquecimiento ilícito y lavado de activos por el Ministerio Público y ahora el presidente de ese partido imputado de tener relaciones con un alto capo del narcotráfico que se encuentra en libertad condicionada por la justicia norteamericana y que para hablar debe hacerlo en el marco de los acuerdos suscritos entre él y esa justicia. Por lo cual, podría decirse voz de ese capo, en este caso, es la voz de su amo.
Esa circunstancia fortalece la idea de muchos, de que los Estados Unidos no quieren que Fernández sea nuevamente presidente del país, dirigentes del PLD, algunos con argumentos baladíes, como Gutiérrez Felix, van más lejos al decir que no es sólo a este a quien no quieren en poder, sino a ese partido. En ese contexto, Quirino dice que Félix Bautista iba a su casa a buscar dinero por encargo de Fernández y han sido muy publicitadas las visitas del embajador norteamericano a la Procuraduría de la República para respaldar al Procurador en su lucha contra la corrupción.
Son piezas que al componerlas fortalecen la idea de por dónde quieren decantarse los EE UU en la solución de los temas Fernández/Bautista e indicarían que cualquiera que sea el desenlace de esta cuestión impactará de manera directa y posiblemente determinante para el futuro de este gobierno y en la solución del dilema de quién elegir como candidato del PLD para las próximas elecciones, que es lo mismo decir: para el futuro inmediato de esa organización y del país.
El PLD ha creado un poder absoluto, sin contrapeso y es casi axiomático que los poderes absolutos se corrompen absolutamente. La corrupción y penetración del narcotráfico en todas las esferas del Estado y de la política desbordan los límites del país y afectan a terceros. Esa circunstancia y la inexistencia de una oposición interna efectiva, explican el interés de los EEUU de convertirse en factor determinante para recomponer esa forma de poder. Cómo y con quién se recompondría falta por definir.
Claro que su intervención será fundamentalmente presionando y filtrando informaciones sobre las actividades dolosos que incriminen a políticos vinculados con actos delictivos diversos. Eso es una política de sectores del gran capital practicada de diferentes países del mundo. Basta recordar los diversos escándalos de corrupción que se están sucediendo en diversos países, España, Brasil, Argentina, Francia etc. Las intervenciones no son tan burdas como las hacían antes, sólo lo hacen en momento y situaciones de extreman necesidad. El nuestro caso, está claro que después de los últimos acontecimientos, el discurrir de la política del país seguirá siendo la misma, el cuadro de actores da signos de modificaciones.
En ese sentido, habrá que seguir las mediciones para saber hasta donde son consistentes algunas mediciones de las encuestas. Como la última Gallup, donde es ostensible el repunte del Guillermo Moreno y donde queda claramente evidenciada la vulnerabilidad de una eventual candidatura de Leonel Fernández y donde los números dicen que en una posible segunda vuelta, la oposición eventualmente unida podrían superarlo.
Está claro pues, que la crisis de gobernabilidad del país ha llegado al punto límite y que con inteligencia, tesón y generosidad se podrían pensar en cómo hacer de esa eventual sumatoria un proyecto realmente de cambio. Darle sustancia, no pensar sólo en suma de número y/o siglas.