Además de ser un político politicorum de tira y agáchate, dilecto diletante de todas las diletancias, teórico de todas las teorías teorizadas, culterano de todas las culturas cultas, león de ocho colmillos y dieciseis garras y tíguere villajuanero de saco y corbata, Leonel Fernández acaba de anunciarnos que es cantante, ¡y de los buenos!, de baladas y el boleros, como demuestra en un original mitin farandulero transmitido en vivo por las redes…Así, aunque no vuelva y vuelva al Palacio Nacional, por lo menos se garantiza un Casandra. (O vaya uno a saber si se lleva el Gran Soberano).