Luchó firmemente contra la tiranía trujillista, como miembro fundador del Movimiento 14 de Junio, al que fuera leal antes y después del ajusticiamiento del tirano. Estando en la cárcel, sicarios del régimen asesinaron a su esposa, María Teresa Mirabal, una de aquellas tres inolvidables heroínas y mártires. Siempre fue solidario con todos sus compañeros de exilio en México. Nunca renunció (por dinero ni por nada) a sus principios, que fueron reflejos de los mejores sueños de su pueblo. Fue, Leandro Guzmán, un ejemplo ciudadano de firme y alta conciencia. Por todo eso, duele su muerte. Siempre.