Ahora que en Venezuela se repite la clásica historia del derrumbe de otro intento imponer el socialismo como forma de organizar una sociedad, aprovecho para rescatar entregas de la “Gráfica del Día”, sección de la Fundación Economía y Desarrollo en el periódico Listín Diario.  Con el programa Harvard Graphics buscaba lograr la combinación de gráficos atractivos y texto breve sobre temas de actualidad. En 1990, el colapso de las economías soviéticas que había pronosticado Mises en 1917 motivó varias gráficas que fueron recopiladas en el libro homónimo publiqué junto Andrés Dauhajre.  He aquí algunas, las dos primeras sobre Cuba, uno de los últimos bastiones de ese sistema todavía encandila legiones de incautos.

  1. Transferencia Unión Soviética a sus Satélites.  Alemania Occidental y Francia quieren conseguir para la Unión Soviética una ayuda de 15,000 millones de dólares para restaurar su economía. Sin embargo, de acuerdo a cifras ofrecidas por un Consejero de Seguridad Nacional norteamericano, esa suma equivale al monto de transferencias que la URSS da a sus satélites y países aliados. Cuba es el satélite que recibe el mayor subsidio, unos 5,000 millones de dólares anuales.  Con esta suma el gobierno cubano ha financiado sus aventuras militares en Africa y subsidiado costosas campañas publicitarias sobre la superioridad del socialismo.  Fuente: The Wall Street Journal, 11-07-1990
  1. Fuentes Empleo en República Dominicana y Cuba. En el año 1988 la República Dominicana contaba con 85,468 trabajadores directos en zonas francas y Cuba tenía 40,000 soldados en Angola.  Los trabajadores de zonas francas estaban fabricando una gran variedad de artículos para la exportación: zapatos, partes electrónicas, textiles, abrigos, bates de beisbol, etc.  El número de trabajadores sobrepasa hoy los 100,000 y el país se ha convertido en un líder en este renglón.  Los soldados cubanos están regresando a Cuba debido en parte a la reducción del apoyo de los soviéticos.  Ante la imposibilidad de emplearlos en una nueva guerra, es posible que las autoridades comiencen a evaluar más seriamente fuentes de trabajo alternativas como las zonas francas o el turismo. (17-04-1990)

En eso estaban cuando apareció otra teta daba oro negro e iniciaron su nefasto ordeño al Bravo Pueblo.

El socialismo no permite la propiedad privada de medios de producción y los contratos laborales entre individuos. Es un sistema de único dueño y único empleador, un barco navegando sin brújula y cartografía donde no es posible sin los precios hacer una asignación efectiva de recursos, frustración que compensaron generando pobreza y cavando fosas para disidentes al por mayor.   El sentimiento de los rusos sobre la propiedad privada fue resumido en esta gráfica, cuando por fin se permitió escrutinio real para contrarrestar el cacareo oficial y las “bocinas rojas” de todo el mundo sobre las bondades del socialismo.

  1. Propiedad Privada URSS.  Al socialismo como ideología parece que le quedasen horas. Una encuesta en la Unión Soviética del Centro Nacional de la URSS para el Estudio de la Opinión Pública, y publicada por el semanario “Argumeny y Fakty”, encontró que 61% de los encuestados estaba a favor de restaurar la propiedad privada, una piedra angular del sistema capitalista.  Trece de cada 14 encuestados estaban también a favor que la tierra fuera desnacionalizada; 76% prefiere que éstas sean privatizadas o arrendadas y considera que la creación de haciendas y granjas privadas es la mejor forma de desarrollar la agricultura y superar la aguda escasez de alimentos.  Como si todo esto fuera poco, el 77% de los encuestados apoya la privatización de las pequeñas empresas y sólo el 17% la rechaza”.  (11-05-1990).
  1. Ricos y Pobres en la Unión Soviética.  Los socialistas prometieron una reducción de las desigualdades sociales, pero nunca ofrecieron un ambiente en que la realidad pudiera ser comprobada, ya que no existían medios de comunicación, universidades y analistas independientes.  Ahora con la apertura de la Unión Soviética y de otros países socialistas y exsocialistas es posible realizar investigaciones sobre la realidad de la distribución del ingreso. El economista soviético Andrei Kuteinikov publicó en la Unión Soviética un análisis donde señala que solo el 11.2% de la población vive en condiciones que se pueden reconocer como “clase media” en países capitalistas.  Un 2.3% corresponde a las familias ricas compuesta por la élite que detenta el monopolio del poder político, grandes científicos, atletas, artistas y diplomáticos que tienen acceso a bienes y servicios desconocidos por los ciudadanos soviéticos.  También se encuentran los “nuevos ricos” administradores de cooperativas y comerciantes del vasto mercado negro soviético.  El resto de la población, 86.5%, la gran mayoría es pobre.  El periódico soviético Pravda denunció recientemente la voracidad de la élite gobernante: las familias del partido local y la burocracia en una de las regiones centrales, las cuales representaban el 0.04% de la población total, consumía entre el 56% y el 100% de todos los alimentos de alta calidad de la región. Fuente The Wall Street Journal, enero 1990. (8-03-90).