Nueva York.- Convertirse en la primera mujer presidenta estadounidense, con la mayoría de las mujeres jóvenes en su contra, es una propuesta bastante esotérica y personalista de Hillary Clinton.
Su situación empeoró muchísimo con la metida de pata de dos abuelas prestantes que intentaron asustar, avergonzar y ridiculizar a las chicas que apoyan a Bernie Sanders.
Madeleine Albright, la primera mujer Secretaria de Estado, y Gloria Steinem la súper estrella feminista de 78 y 81 años respectivamente, le quitaron votos a Hillary.
Albright dijo que “hay un lugar especial en el infierno”, para las mujeres que no apoyasen a Hillary. Las chicas disidentes van al fuego eterno; ¡Santa Inquisición! Aunque fue mucho menos deprimente que Stenem.
Steinem, que cuando joven se infiltró en el Playboy Mansion para documentar “la explotación sexual” de las conejitas, dijo que las jóvenes estaban con Sanders persiguiendo varones.
Albright y Steinem, dos abuelas venerables, parece que malcrían a sus nietas regalándoles autos, apartamentos y viajes. Entonces, en retorno, las nietas malcrían a las abuelas, aceptando todo lo que ellas digan, son abuelas engañadas.
El resto de las jóvenes estadounidenses, sin embargo, actúan exactamente al contrario, ellas no aceptan que nadie, bajo ninguna circunstancia les diga lo que deben hacer.
Aprendí, como padre de cuatro hijas, que cuando quiero que hagan algo debo gritarles, casi imponerles, que hagan exactamente lo contrario. Si quiero que giren a la derecha les demando girar a la izquierda, casi siempre funciona.
Steinem y Albright, ignorando ese detalle, escupieron el sancocho.
“Ordenaron” votar por Hillary, las jóvenes votaron por Sanders. Las abuelas malcriadas dispararon contra las jóvenes, los tiros salieron por las culatas.
Con 68 años y las mujeres jóvenes en contra, para Hillary “quizá” resulte “un poco” difícil, “hacer historia”, como la primera mujer presidenta de los Estados Unidos.