Ha consternado al país la muerte del alcalde Juan de los Santos, la de su seguridad y el posterior suicidio del asesino. Esto por tratarse de una figura empresarial y política de éxito. Se pueden criticar ambas facetas, pero no entra en discusión su meteórico ascenso a la cima, su popularidad y su sencillez de trato.
Por lo que conocemos, Luis Feliz abrumado por problemas con los De los Santos decidió quitarle la vida al cabeza de la familia. Esta es una tragedia que se perpetuará en el tiempo para la sociedad dominicana. Será difícil borrar la impresión que deja el joven político fallecido, la inseguridad general que se produce y la vulnerabilidad que sentimos al ver la mortalidad del poderoso magnate caído de repente. También tendremos secuelas a futuro ya que la tragedia deja alrededor de una decena de niños en la orfandad, que crecerán y harán vida con el vacío y el dolor entre nosotros.
Todo indica que las razones que dieron pie a la desgracia no eran sólo económicas. Se había convertido en un problema personal que escapaba al plano empresarial, problemas que se magnificaron por la cercanía de los involucrados. Esto se hace visible por el proceder expedito, abrupto e ilegal (según algunos) con el que se llevó el embargo y las presiones. Y aunque Juancito no llevaba la principalía en esta diatriba, yace la víctima principal de ella.
Ahora, todo el que observó y participó en el devenir de la desgracia anda a rastro con un bulto pesado de dolor e impotencia. La tragedia abre 4 puertas de debate que vale la pena estructurar para no olvidar, los cuales por razones de espacio sólo abordaré a grandes rasgos:
1. La violencia (económica): Nadie debe ser acorralado económicamente. El animal más indefenso ataca cuando se siente cercado. La abeja usa su aguijón contra quien la asedia aunque sabe que al usarlo sacrifica su vida. Algo así vivió Luis Feliz, una deuda millonaria de años era procurada de un día para otro, a riesgo de ser embargado, como lo terminaría siendo. Dice su hermano que en esos días Feliz ni dormía, que se encontraba en una situación en que "Tu le ponías un fósforo y explotaba". Los problemas se le amontaban (no sólo con los De los Santos) al éste parece llevar un estilo de vida más allá de sus posibilidades, endeudándose para sostenerlo.
Nada justifica la reacción abrupta, pero para entender las muertes hay que ir a lo que la produjo, ya que el día del embargo fue el de la tragedia. Sin embargo la violencia económica en este caso es apenas una rama del problema general. Porque lo cierto es que estamos inmersos en una vorágine de violencia, la cual es alimentada por la desigualdad, el echavainismo, la intolerancia, la falta de empatía y en esencia de espiritualidad.
2. La Regulación de embargos: Todo el que ha formado parte de un embargo sabe que este suele tener vida propia lejos del acreedor, y que estos se caracterizan por la violencia, el tigueraje y la tristeza. Pero a raíz de la nueva ley de notarios el proceso parece hacerse más arbitrario. Por ejemplo, la viuda de Feliz dice que durante el embargo estuvieron en situación de secuestro ella y sus empleados a punta de pistolas, sin fiscales ni fuerza pública…. ¿Cómo diferenciar un embargo entonces de un asalto?
Existen facetas no reguladas como esta que atizan la violencia en un conflicto ya de por sí muy traumático. Cabe preguntarse como hace el diputado Vinicio Castillo ¿Por qué entonces el Senado engavetó la ley que regulaba la fuerza pública en los embargos?
3. El control de armas: Este es un país violento sin dudas. Pero ¿que pasó con esa hermosa costumbre de caerse a golpes con alguien? Ya no sucede. Todo el mundo está armado, el comediante Carlos Duran fue a hacerles una broma en un parque a dos personas y antes de realizarla, con sólo llamarlos, le sacaron pistolas. Duran, ante la sorpresa sólo atinó a decir “¿Y es regalando pistolas que están?”.
Otros ejemplos emblemáticos son el caso del padre de la ex modelo en Santiago, asesinado por rozar un carro, así como el del limpiavidrios asesinado por un conductor en la avenida Churchill. El porte de armas está fuera de control en el país y en el congreso duerme una ley, la cual aunque tiene que ser modificada y debatida debe formar parte de la agenda política y electoral.
4. Regulación contenido de medios. Las redes sociales brotaron en quejas por las imágenes que circularon medios de prensa del fallecido alcalde. Pero quienes se incomodaron con esto deben tener presente que este proceder no es ilegítimo, y en países como el nuestro ha sido tradición.
Tres aspectos que surgieron para regular a raíz de la cobertura son: a) el horario en que este tipo de imágenes son transmitidas, b) la colocación de un aviso precautorio antes de hacerlo y c) la posible prohibición de ellas. Ojalá que la supuesta indignación pueda ser canalizada en un proyecto que reforme y fortalezca el botellero que es La Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía, para que sean mejorados también otros elementos de la comunicación en el país.
El sentido de cercanía que se siente con la partida de Juancito Sport, por ser figura pública conmueve a la ciudadanía. Y es preciso para educar y establecer una agenda política. El Presidente Danilo Medina debió enfrentar la muerte del alcalde con un plan programático, no sólo llamar al rezo. Porque no basta rezar, ya lo dijo Dalai Lama recientemente “No podemos resolver este problema sólo rezando… Yo creo en rezar. Pero los humanos han creado este problema, y ahora estamos pidiendo a Dios que lo resuelva. Es ilógico”.
Al Presidente y a su mayoría parlamentaria les digo olvídese de nombrar calles o edificios en memoria del amigo fallecido. Comprométanse con una agenda progresista en cuanto a regulación de armas, de medios y de embargos en este mandato. Y no dejemos que estas muertes hayan sucedido en vano.