Todo el mundo ya pregunta aquí o allá, abiertamente o por lo bajo: Si no manda ni siquiera un pelotón; si su “gobierno” no ha pagado ni una nómina estatal; si no ha inaugurado siquiera un camino vecinal; si no ha recibido aunque sea un fiao de colmado desde ninguno de los países que dicen reconocerlo como autoproclamado “presidente provisional”. En fin, si no ha llevado ni siquiera una gata a mear, ¿no resulta ya demasiado prolongada la payasada que desde hace más de cuatro meses Donald Trump sostiene en Venezuela con el tal Juan Guaidó?