Tengo algunas diligencias por hacer todavía,
ir al colmado, a la peluquería, y hay toda
una hilera de autos como si fuera Navidad,
la vida entera en la calle, el montón amontonado.
Llevamos un año con la pandemia y nadie
le hace caso salvo las autoridades, claro,
ahora que hay varias mutaciones brotando
por aquí por all
de queda a las cinco. Imag
la vida caribeña cuando no se puede bailar
en las noches o caminar por la playa, nada,
encerrado en casa con los recuerdos y la comida
del mediodía. Qu
moralista, neg
el sueño pero no la hoja blanca y la necesidad
de llenarla con algo parecido a un ritmo,
una melodía, una danza virtual, este poema.