Algún día las crónicas del tiempo nuestro dirán que Santo Domingo tuvo una gran heroína de perfil dominicanista, quien por más de medio siglo, en un modesto espacio de la vieja ciudad, punto de encuentro de muchos escritores de su época, expuso en vidrieras y anaqueles el pensamiento dominicano en todas sus vertientes, plasmado en miles de títulos bibliográficos, cuya venta a bajo precio ella hacía apasionadamente…Espero que esas crónicas consignen que esa heroína, Virtudes Uribe, sostuvo su misión en La Trinitaria (por cierto, una de las cuatro o cinco librerías que en 2020 todavía existen en un país en el que muy pocos leen).