La herencia negativa que ha dejado «la derecha» en la República Bolivariana de Venezuela ha sido en años, lo peor que le pudo haber pasado a la democracia.   Dicho de otra manera, decir la verdad a media, o dejar de decir la verdad, o disfrazar esa verdad  es una mentira que ocasiona daños impredecibles de consecuencias económicas, políticas, sociales, morales, espirituales y muertes.   

Por qué no es cierto todo lo que se dice del gobierno de Maduro.  La mayor cantidad de los dichos y señalamientos que se le imputan es ciencia ficción»  Lo que sucede es que en los medios de comunicación y las redes sociales [Es tanto que da la gota al cántaro, que termina haciéndole un hoyo]: entonces, cuando las noticias se parcializan por la razón que fuera para un lado o para otro la gente termina repitiendo lo que oye.

Para nadie es un secreto que en Venezuela existe una crisis política, económica, social y hasta de gobernabilidad si se quiere decir así (recientemente el presidente de la Asamblea Nacional  de Venezuela, Juan Guaidó hizo una auto proclamación de presidente de la República Bolivariana de Venezuela; pasando a hacer de diputado desconocido  ¨ al principal líder de la oposición¨, por el momento la cabeza visible).

Recuerdo que en su momento, el Presidente Evo Morales de Bolivia, sugirió que si la crisis es alimentaria deberíamos ¨nosotros¨ los amigos de Venezuela, de enviarles alimentos y medicinas al pueblo.  Y, ¿qué paso? No lo consideraron.

Quizá como respuesta a este atrevimiento antes mencionado, los Estados Unidos hizo más severa  la sanción a Venezuela que incluye las cuentas en efectivo. Dice el Presidente Maduro: ¨Esto es más que un bloqueo… es una persecución de las cuentas bancarias, de los negocios que Venezuela hace en el mundo.  Nos tienen un «embargo retentivo» de más de 1,400 millones dólares.  Dinero, por el cual es para comprar medicinas, insumos, alimentos.  Hemos hecho los reclamos a los organismos correspondientes como ONU (a su Secretario General), y nadie responde¨.

En resumen, digo con toda sinceridad, que para mí a Venezuela le falta capacidad a los partidos políticos oficialista y de la oposición.  Le hace falta aplicar emprendimiento e innovación en las áreas productivas.  Además, se nota poco el esfuerzo aplicado para la creatividad, la capacidad de diseñar los planes para reactivar la economía y atraer a los inversores financieros de la región.

En efecto, la solución no es acorralar a Nicolás Maduro, ni mucho menos ordenar la agenda que terminó con el régimen y los días de Muamar el Gadafi.  La solución, digo a modo de sugerencia, es poner la economía y la política en manos de la sensatez y el emprendimiento después de formarse una coalición de grupos sociales, profesionales, religiosos y políticos Pro Venezuela.