Contra todos los vaticinios el Partido Revolucionario Moderno, se apresta a celebrar su convención ordinaria tendente a elegir sus autoridades a todos los niveles, en todo el territorio nacional y en el exterior. La convención del PRM se llevará a cabo con padrón propio y hasta el momento ha primado el compañerismo y la disciplina con los naturales incidentes característicos de una organización donde, al entrar, no hay que dejar la cabeza en el vestíbulo.
Entre los múltiples dirigentes a ser escogidos se destaca, por su importancia, la presidencia nacional del Partido, que representa la máxima dirección de la organización. En este caso los perremeistas al votar estarán frente a un dilema y a la vez frente a una loable situación. Me refiero a que el menú que se les presenta es apetecible y no hay peligro para el Partido gane quien gane.
Aspiran a ser presidente del PRM Geanilda Vásquez, abogada curtida y entrenada en la política con demostrada formación en esta actividad y con la chispa y la militancia que la consagran como merecedora de cualquier puesto de dirección; Andrés Bautista García , egresado de la escuela de Derecho de la Universidad católica Madre Y Maestra, ostenta, además, el titulo de agrónomo. Ha dedicado su vida a la producción de alimentos y a la actividad política con éxitos conocidos. Andrés, a pesar de la maledicencia de sus adversarios políticos, es un hombre decente y honorable. Demostró capacidad de organización al asumir la construcción del PRM en medio de una difícil situación política; Jesús Feris Iglesia, es un científico de la medicina que aunque tiene apellidos de rico ha estado, desde su juventud, al lado de los mejores intereses del País y ha evidenciado, en la práctica, ser un hombre de pensamiento liberal. De Jesús, se ha dicho que su militancia prestigia a cualquier organización; José Ignacio Paliza de quien he dicho que su aval político más notorio, no es la juventud. Ser joven es una condición pasajera para la cual no tenemos que hacer ningún esfuerzo. Lo destacable de Paliza es su probada inteligencia para el oficio de la política, su vocación e interés para los problemas colectivos, es decir, su sensibilidad social. El que trata de cerca a José Ignacio Paliza advierte de inmediato que este hombre nació para la política y para ofrendarse al servicio de la Nación.
Este cuadro nos demuestra que en el PRM están dadas las condiciones para que haya motivo de celebración, gane quien gane.