Es desde la infoxicación, no del conocimiento, que penetra a nuestra vida emocional la posverdad como criterio ambiguo y de reverencia a lo manipulable y a la adecuación de las emociones y no a los razonamientos. En la posverdad, lo importante es lo que nos dicen las redes sociales, el culto a estas, sin estrategias de conocimiento, en cuanto a seleccionar, procesar, analizar y criticar  lo que nos dicen esos sujetos cibernéticos consagrados a la vida virtual en las redes sociales.

  El aprecio a la verdad, es cultural y de construcción relativa, al igual que el preguntarse y reflexionar sobre ella ha sido para la tradición científica, filosófica, sociológica y  periodística, una experiencia social encantadora; ese encantamiento es despreciado por la posverdad y  la coloca  en lo inútil, en un sin sentido, porque están fuera de los hechos alternativos y emotivos.

.En la posverdad, no es el triunfo de la verdad contra la mentira, sino la emoción contra la razón , la seguridad contra la duda, el monólogo contra el diálogo; en fin, el placer carnal, de Aristipo de Cirene contra el placer filosófico del pensamiento, la libertad y la amistad epicureísta. 

La posverdad no se impone por un esfuerzo intelectual de cuestionar a la verdad, por parte de un sujeto cibernético, es todo lo contrario, es que no le interesa si esta existe o no, porque lo importante es el culto, la reverencia a la emoción al descubrir  que hay hechos alternativos, acordes con sus sentimientos.

En la posverdad, se da una adecuación  entre las encuestas de opinión, manejables, manipulables y las emociones del sujeto cibernético que vive imbuido de estas e inclinando la preferencia hacia  candidaturas políticas específicas, en un proceso de  campaña política; no importa, con qué criterios se trabajó en dichas encuestas y con qué diseño de campo, de población, selección y muestra se implementaron, sin dejar de mencionar los intereses económicos y políticos que están detrás de estas.

Es por eso, que en la redes sociales dominicanas abundan los resultados de encuestas que se ajustan a la emociones de los sujetos cibernéticos , al placer de la posverdad de saber que está arriba ante los demás, tal como la que se puede construir vía medios de comunicación y vía el ciberespacio con algoritmos. En este espacio virtual, nos encontramos con encuestas donde el candidato tiene  más popularidad que el papa. Estas son de  juegos virtuales interactivos de los niños y en la que se proyectan más  popularidad que un artista, deportista o un príncipe. Esas encuestas son enviadas por Wasap, para presentar  resultados y focalizarlos a favor de un determinado candidato.

La mayoría de las encuestas que proyectaban candidatos ganadores en  los resultados de la primaria cerrada y abierta del domingo 6 octubre  2019, no lograron acertar. Las votaciones que obtuvieron los candidatos que compitieron en  el Partido de la Liberación Dominicana (PLD)  fueron muy cerradas,  donde Gonzalo Castillo sacó 48.72% de los votos y  el expresidente Leonel Fernández un 47.29%. A diferencia del PRM, donde Luis Abinader sacó un 74.11 %  frente a Hipólito Mejía 21.17%.  Hay que reconocer que entre las decenas de encuestas,  dos de estas, se aproximaron con relación a los resultados de la primaria.

Las encuestas que se alejaron de la desmesura en el proceso y que no entraron en el juego de la posverdad fueron Poliemetrics y  Mark Penn/Stagwell. La primera en relación a las primarias abiertas del PLD, rondaba en un 1 % a favor de Gonzalo Castillo  y la segunda arrojó un empate técnico.

En este sentido las encuestas de empresas posicionadas en el mercado, así como la de medios de información electrónica, las de redes sociales  y la llamada de  boca de urna entraron en el juego de la posverdad y de  las identidades fluidas de los votantes, los cuales se mueven entre las pérdidas de los compromisos y  de los vínculos.

Ese estrecho margen en las primarias abiertas del PLD, da inicio a un nuevo capítulo en ese partido político  en la que proyecta una profunda crisis inédita en su historia y con tendencia a la  división, ya que Leonel Fernández, no reconoce el triunfo de Gonzalo Castillo  y por el contrario  alegó esa misma noche de las votaciones “que en el código fuente del software se instaló un algoritmo que ha adulterado el resultado” (ver todos los medios digitales, 6/10/2019).

Sin embargo, un día después de los resultados, Leonel dice que se le solicitará a la JCE “que se lleve a cabo una auditoria  con el apoyo de la unión Europea y la Organización de Estados Unidos (OEA) (…)” al no realizarse una auditoria se  desconoce si se instaló un algoritmo, para alterar los resultados”.(ver acento.com.do.7/10/2019/). Ambos discursos, del día 6 y el 7, se diferencian, en que el primero daba como hecho la instalación del algoritmo y en el segundo discurso, del 7 no está seguro si se instaló dicho algoritmo, por lo que solicitará la auditoria. Lo prudente es que la JCE lleve a cabo dicha auditoría, pero no necesariamente por expertos internacionales.

Este cuestionamiento al voto automatizado y  a un supuesto algoritmo informático o no, instalado en el código fuente, entrará en la relación de la ciberpolítica, de sujeto cibernético – poder,  – ciberseguridad, que provoca fuertes tensiones entre danilistas y leonelistas, en el PLD como gobierno y por ende en la sociedad.  No hay retroceso, definitivamente el Presidente Danilo Medina y Leonel Fernández están separados y por consiguiente está su partido también.

Este escenario será el punto de partida de la incertidumbre que tendrá el  maratón de las elecciones de 2020, primero con las municipales de febrero  y las  presidenciables de  mayo. Lo que significa, que el proceso de lucha interna en el PLD, la JCE y las redes de dispositivos del votos automatizados cubrirán de manera intensa, de incertidumbre y de pasión política la República Dominicana.

Ante este panorama, solo podemos decir, tal como Nassin Nicholas Tales (2018: 28-29)   apunta en Antifrágil,  en cuanto a que  “Los Cisnes Negros (en mayúsculas) son sucesos escala, imprevisibles, irregulares y con unas consecuencias de muy gran alcance que sorprenden y perjudican a ciertos observadores que no los han previsto y a lo que llamaremos pavo”.  Sin embargo en estos tiempos cibernéticos   “Se da la paradoja de que el mundo moderno posee más conocimientos tecnológicos pero hace que las cosas sean mucho más imprevisibles”. Por lo que “el papel de los Cisnes Negros va en aumento” en sociedades como la nuestra.

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