Lo escribo conmovido e indignado. En defensa de la vida y de los derechos de cientos  de niños, ancianos, mujeres y adultos cuya vida se encuentra en situación de riesgo. En Haina. En nuestra Patria.                                                                                               

Haina es la Patria. Haina se quema. La Patria arde. La Patria se está quemando.

Embobados por los “fuegos” de la Junta Central Electoral y del PLD nos hemos olvidado de que Haina arde, de que Haina está  sufriendo.  De que la Patria arde.

Haina se quema. Se quema la Patria. Se escuchan los “ayes” de dolor y de angustia. Y se nota también la ausencia de las solidaridades y adhesiones de muchos. Cuando se pase lista a los que por deber  no pueden faltar allí, larga será la lista de culpables.

Será larga la lista de los merecen ser  “quemados” como muñecos de Judas o Jua el lunes en la tarde después del Domingo de Resurrección, porque andaban “provocando” otros fuegos como miembros de la comparsa de ministros, superintendentes y funcionarios ocupados a hacer la “campaña”.

Unos 18 días lleva el incendio en el vertedero de Haina, en la provincia de San Cristóbal, perjudicando a los moradores de barriadas cercanas al basurero. Poniendo en riesgo la vida de cientos de niños, ancianos y adultos, causándoles problemas respiratorios.

El Hospital Municipal Bajos de Haina ha informado de que a pesar de que ha disminuido la humareda siguen recibiendo entre 50 y 60 pacientes cada 24 horas con serios problemas respiratorios.

La situación de Haina y otras comunidades colindantes es más alarmante de lo que nos imaginamos. Ante la indiferencia y la pobre respuesta de los organismos responsables,  el gobierno local  bien pudo haber  declarado a esa comunidad como zona de desastre que califica para la intervención humanitaria internacional. ¡Todavía está a tiempo para hacerlo!

El siniestro ha alterado las actividades familiares, escolares, religiosas, sociales, laborales, comerciales y productivas de esa comunidad y otras comunidades cercanas. Haina se quema. Se quema la Patria. Ya se observan en la comunidad problemas emocionales colectivos. Ha trastornado también las esperanzas.

El comandante general del Ejercito de la República Dominicana, mayor general Estanislao Gonell Regalado, envió  personal de la Unidad Humanitaria y de Rescate (UHR-ERD) a la zona para auxiliar a las brigadas de bomberos  que trabajan para sofocar el

incendio. La institución activó la Brigada Operativo de Mitigación de Desastres, y envió 62 soldados y equipos especializados de la UHR en un avión de la Fuerza Aérea de la República Dominicana (FARD) para apoyar a los bomberos que se encuentran en la zona afectada.

Pero el envío no fue a Haina. Fue a Bávaro. Allí en el mes de julio de este mismo año se registró un serio incendio en la comunidad Cabeza de Toro, de la provincia La Altagracia. La asistencia a Bávaro fue oportuna y necesaria. Ojalá que se haga el mismo envío a Haina. Porque, Igual que Bávaro, también Haina es la Patria.

La Patria arde. Se quema Haina. No debemos permanecer indiferentes. No podemos permanecer indiferentes. La indiferencia es cobardía.

La patria atormentada es un dolor temprano.

Digamos presente en este tormento de Haina, que es también tormento  de la Patria.

¡Gratuitamente! Como dijera Juan Bosch: “A la Patria se le sirve, no se le cobra”. |