Hoy 26 de marzo de 2017 los dominicanos seremos testigos de la mayor manifestación social y política de la historia de la República Dominicana. Marcharemos en Santiago por una Segunda Restauración de la República, porque no es menos de ahí lo que se quiere.
Años de corrupción impune, años de políticos mentirosos, años de gobiernos vergonzosos nos han traído hasta aquí. El pueblo dominicano, abandonado a su infortunio, no cree en nadie. El político que crea que tiene liderazgo, que convoque solamente ofreciendo políticas públicas generales, sin dar ni ofrecer ventajas personales, y sabrá el alcance de su liderazgo. Así andamos.
La gran noticia entonces es que la primavera, a pesar del otoño y del invierno, llega.
Hay una sociedad que ha colocado sus esperanzas en una iniciativa anónima, sin líderes conocidos, sin compromisos partidarios visibles. Igual sucedió con La Cementera, con Loma Miranda, y con La Coalición Educación Digna. Esos movimientos son las raíces del bambú del que nos hablaba Gnosis Rivera en Acento. Y es que ahora, en el Siglo XXI, hay una sociedad que dice: ¿Si mi voz puede ser escuchada en el planeta, por que necesito de alguien que me represente?
Es verdad que son los menos, pero son los que están en las calles!!!
Ahora mismo lo que importa es que una sociedad, un pueblo, se exprese en contra de tanto latrocinio, de tanta desvergüenza, de tanta indignidad. Y que lo haga confiando en que el sector de partidos políticos respetará, como lo ha hecho, esa expresión ciudadana.
Lo importante para el sector de partidos políticos es comprender que esos partidos, como los conocemos ahora, se van, no aguantan el Siglo XXI, se hace necesaria una nueva forma de hacer política, más participativa, más horizontal, todos líderes, respetuosa de la individualidad, en fin, otra manera.
Dicho esto, mañana iremos a marchar por la No Impunidad, vale decir, por una Suprema Corte de Justicia sin compañeritos que respondan a ningún partido, por un Tribunal Constitucional independiente, por una Junta Central Electoral idónea, por una Procuraduría valiente; por un Congreso que no sea de mercenarios y un Poder Ejecutivo de heroísmo.
Marcharemos por un sueño dominicano que nos une, el sueño de una sociedad digna, justa, incluyente, solidaria, una sociedad de niños bien nutridos, sanos y educados, adolescentes formándose para participar en un futuro promisorio, adultos trabajando dignamente y gobernando con su impronta, envejecientes protegidos por una sociedad que los respeta.
Un sueño que no ha sido posible, en grandísima medida, porque el otro sueño, el de los infames, el de los Tucanos, el de la Sun Land, el de los Odebrecht, y el de todos los otros personeros y gobiernos que han sido, lo han hecho imposible.
Ese es el problema, ahora, cómo lo resolvemos
¿Dónde voy con mi queja? ¿A quién le digo que hubo sobevaluaciones? ¿Cómo manejo los aportes a la campaña? Esta gente entiende muy poco.
Lo que tenga que ser, que sea.
Que viva la República Dominicana.