Según los enfoques de la terapia sistémica y la teoría de  Bert Hellinguer,  a través de las constelaciones familiares, la madre ocupa un lugar en la vida de un hijo o hija,  que ninguna otra persona del árbol familiar lo ocupa.

La madre también es hija, y a partir de como ella ha tomado a su madre, de esa misma manera será para con sus hijos, si esta madre ha tenido una relacion difícil con su progenitora, es decir, si no ha podido integrarla tal como ella es, de una forma u  otra, reproduce esto con sus generaciones.

Así como la madre va transmitiendo su esencia, su ser y todo lo que ella es, facilita al hijo o hija su introyección, pues es una dinámica circular y vertical, como ya dijimos, tal  como ella integró  en su ser a su madre, eso repetirá con los hijos, proporcionando  una relación sana o patógena. Estas cuestiones funcionan desde el mundo inconsciente, y como no es costumbre ver esta  relación madre e  hijo de esta forma, entonces, se puede pensar que en nada tiene que ver la vida  de un hijo con  la vida de la  madre, a nivel de realización personal.

No obstante, como diría  Melanie Klein a través de la Teoría de Objetos, el niño desde sus primeros días de vida va integrando a los padres como figuras de apego, y dependiendo de cómo sea esta introyección así será su vida emocional en las  etapas posteriores.

Autores sistémicos como Murray Bowen, Salvador Minuchin, Virginia Satir,…, ven  al hijo y  a la madre como parte de un sistema, en el que cada uno es afectado positiva o negativamente, según las herencias transgeneracionales que traen.

En este  sentido,  es importante ver  la teoría Hellingeriana, en la que   Bert Hellinguer  entiende que de la forma que el hijo pueda  colocar  la imagen de la madre en su interior, muchas cosas irán tomando un  curso diferente en la vida de este hijo/a, y ¿cómo colocar a la madre? o se le  integra en un orden jerárquico, asumiéndola    como alguien más grande que el hijo o la hija, pues ella llegó primero. Ahí entra el respeto,  el reconocimiento, la honra. 

¿Cómo un hijo o hija puede integrar a la madre para avanzar en la vida?

  1. Reconociendo que la madre tiene un lugar más alto que el hijo, no importa como haya sido esta madre.
  2. Reconociendo que ella ha dado y dio todo lo que tenía, y con eso hizo cuanto
  3. Dar un lugar de respeto y reconocimiento a esta mujer concretizado en la propia vida como hijo, es decir, lo que haga con mi vida será la mayor honra o deshonra que puedo  ofrecer a la
  4. Reconocer que esta mujer, no importan sus años, su grado académico, su presencia o ausencia siempre estará dentro y fuera de mi ser.
  5. Honrar a la madre, que es lo mismo que honrar la vida, es tarea a realizar cada día.
  6. Pedir la bendición de esta mujer, ella fue canal para la existencia de cada hijo o hija.
  7. El éxito tiene rostro de madre siempre y cuando la madre tenga ese lugar apropiado en el interior de cada hijo.

En conclusión, la relación que fundamenta todas las demás relaciones parte de la relacion con la madre, no importa el tipo, el tiempo o el lugar en que suceda esta relación. Así es que, si esta relación tan importante está bien cimentada, las demás relaciones están garantizadas, incluyendo el éxito.

Reconectar con la madre es reconectar con la vida,  con toda su fuerza y plenitud, por eso, si hay alguna experiencia consciente o inconscientemente que ha bloqueado la relacion con esta mujer, es bueno buscar  la oportunidad para integrar y sanar, pues así como las cosas se estancan, también sucede cuando esta relación está bloqueada,  nuestra vida se estanca, falta fluidez, falta dinamismo, falta éxito. Pues el éxito es integral y nos viene a través de ella. Y es  lo que todos los seres humanos deseamos: Felicidad y éxito.  Por eso, pido tu bendición madre.