Durante este mes de mayo, hemos querido agradecer y celebrar la vida de cada mujer en su maternidad.  Reconocer a este ser que  es canal de vida,  es hacer honra a la vida misma. Por eso,  mi felicitación y bendición a todas las madres.  Ojalá que este reconocimiento no se quede en el último domingo del mes de mayo, en el  caso de República Dominicana,  sino que todos los días del año se reconozca la valiosa misión de ser portadora de la  vida.

No hay madre sin padre

Hoy día,  conocemos varias formas de gestación, sin embargo, en todas ellas se ha necesitado de un esperma para concebir  una criatura, de ahí la importancia de papá y mamá. Por eso, pienso que toda mujer que es madre biológica ha de reconocer este hecho y agradecer, pues sea como fuese, no hay madre sin un padre, ambos nos necesitamos para generar  una nueva vida, un hijo.

Los hijos  contamos  con un 100%    de aquellos seres que nos  han dado la vida, y  corresponde  en nuestro ser  un 50%  de  cada uno, por ello, es necesario tener integrado a cada padre como merece, de forma sana, segura y plena. Y aunque algunos hijos han tenido experiencias dolorosas con esos seres, aun así sigue siendo importante sanar e integrar  con amor la imagen del padre y la madre.

La madre tiene la fuerza de poner al hijo con su padre

Esta mujer que ha llevado en su vientre durante tanto tiempo a su hijo o hija crea una relacion de apego tan grande que marca para toda la vida, en sentido general, todos los hijos viven este apego, y en ese orden, la madre tiene esa fuerza o autoridad de poner a su hijo con su padre, es decir, es ella quien enseña a esta criatura a amar a su padre, le indica el camino, le da el permiso, le muestra quien es realmente.  Este punto es muy significativo, pues no siempre la madre y el padre sostienen una relacion armoniosa, no obstante, la hija o hijo no debería cargar con esto, sin embargo, algunos casos así lo muestran.

Al tener un 50% de cada uno,  si una mitad falta, hay vacío, entonces la tarea de una madre, además de parir al hijo, es también  enseñarle a amar a su progenitor. Varias teorías sostienen la importancia de esta relacion completa, también el  enfoque sistémico plantea  la completitud de ambos progenitores como una forma de avanzar exitosos  y saludables por la vida.

En este sentido, Hellinger, en la psicoterapia sistémica, sostiene que las adicciones son una forma de como un hijo llena el vacío de su padre, en realidad nacimos para ser completos, si falta algo, las personas buscamos  maneras de cómo llenarlo y no siempre de buena forma.

Sólo cuando la madre le da un lugar en su corazón, de respeto, amor y consideración al padre y así lo muestra al hijo, es cuando este,  puede tomar e integrar esta figura como tal, según lo planteado por Hellinger. Nos referimos a dar un lugar y un reconocimiento y eso va más allá de si los padres continúan o no su proyecto de pareja.

Esto también constituye  una llamada de atención, de cómo se está realizando esta bella tarea de ser madre, de la cual nadie se gradúa,  es un aprendizaje nuevo con cada criatura.  Pues algunos padres al tener dificultad como pareja triangulan al hijo, y no es lo más saludable para él o ella, por eso es bueno  recordar,  que la relacion de los hijos con cada padre es única y muy diferente a la relación que sostienen sus padres entre ellos.

Ser madre desde esta mirada que hemos planteado, es una tarea amorosa y completa, que va más allá de  los parámetros culturales,  que muchas veces enfatizan la maternidad como un martirio o una obligación, ser madre es una misión, una vocación, un propósito, que cuando se hace desde la profundidad del ser, recrea unos resultados maravillosos, pues se le deja al mundo un legado de bien en cada hijo que se gesta.