La asociación fue espontánea. El título de la novela de Milan Kundera, "La insoportable levedad del ser", surgió enganchado del adjetivo leve, liviano, de poca intensidad; la manera en que percibo la estrategia de campaña del PRM. De pegada débil. No destruyen ni rematan.
Estrategia equivocada frente a un enemigo tan magnífico como inescrupuloso, con el que no caben actitudes timoratas. Esa campaña blandengue es inexplicable cuando suponemos que deben andar bien provistos y documentados sobre faltas, desafueros, corruptelas e ineficiencias del actual gobierno (en esta batalla electoral sin ese arsenal no irían lejos. Y si no lo tuvieran, rayarían en la incompetencia absoluta).
Esa levedad del PRM es una incógnita. Saben por el tufo donde está el muerto y no se esfuerzan en desenterrarlo. Predomina la retórica sin la suficiente documentación. Nuria Piera, en su programa semanal de investigación periodística, ha aireado más denuncias demoledoras y bien documentadas que todas las presentadas por el conjunto de la oposición. Paradójica situación.
Intentando descifrar este fenómeno político, escucho opiniones, analizo sucesos, y atiendo a teorías que van desde la sospecha de pusilanimidad en las entrañas de las fuerzas opositores; gente que mantiene el freno apretado por si tiene que saltar la cerca o idearse algún negocito con el enemigo, hasta otras que aseguran incapacidad y mala asesoría. Todavía nadie sabe con certeza de donde salen esos paños tibios.
Ilustraré esa insoportable e incompresible levedad de la oposición con el caso del “de facto”, ahora ausente, jefe de campaña del PLD, Joao Santana. Ese hombre que en Quisqueya no bebió “lava gallo”, pero hoy, tras las rejas, le obligan a tragar “Lava Jato”, el gigantesco expediente de corrupción desparramado desde Brasil por toda Suramérica.
Este sabio de la trampa política, nunca ocultó su metodología ni su precio (el kirchnerismo desembolsó un cuarto de millón de dólares para tenerlo dos semanas durante la segunda vuelta electoral, informó la prensa bonaerense). Cree en la necesidad de actuar sin moral para alcanzar el triunfo de sus clientes. Así lo ha declarado en reportajes y entrevistas en el New York Times y en periódicos brasileños y argentinos. En el 2015, ya era notica la primera acusación en su contra sobre lavado de activos proveniente de África.
Algunos articulistas dominicanos, sabiéndolo un poder en palacio, alertamos sobre el genial y desalmado “experto”. Las sombras del personaje y su vinculación con el PLD eran públicas y detalladas en los medios internacionales. En Brasil lo asocian a la constructora Odebretch. Todo ha estado ahí, a la vista. No obstante, aquí pocos se daban por enterados y a la oposición parecía no molestarle. ¡Curioso!
Ahora todos enfurecen con Joao y reclaman a Danilo Medina detallar la asesoría. El trabajo que debió haber hecho la oposición de intentar neutralizar al consultor lo hace ahora la justicia brasileña. Le han sacado de encima a ese feroz “Fila brasileiro”.
¿Ya no le tienen miedo? ¿Acaso utilizaba el chantaje el afamado y desalmado cerebro estratégico del PLD?
Algún día sabremos si la “insoportable levedad del PRM” la impuso el mercadotécnico mientras hacía y deshacía en este país, que no es el suyo, al que el superior gobierno concedió la licencia que él siempre exige: la de un agente 007.