No debemos ignorar que la visita de estos sacerdotes a la Cámara de Diputados no solo es un acto de rabia, sino un acto chantaje y rebelión que busca disminuir el espíritu liberal y de derechos que marca nuestra Constitución laica; y más allá, un chantaje al presidente de la República, es decir, al pueblo dominicano. La moral en calzoncillos
No olvidemos el nefasto papel de institución golpista que ha asumido la Iglesia en nuestra historia reciente y pasada: contra Juan Bosch y contra el Duarte excomulgado. Ambos eran masones, ambos eran liberales, laicos y anticlericales. La moral en calzoncillos.
Recordemos que esta Iglesia de Constantino (ni de Cristo ni de Pedro) ahora ha asumido la “defensa por la vida” como Caballo de Troya, como conveniente “bandera de pendejo” para ocultar la odiosa discriminación que han profesado desde siempre contra la mujer y, por qué no, contra la humanidad toda; basta recordar los fetos encontrados en los sótanos de los conventos para apreciar su “amor por la vida”, como si no supiéramos que a los curas de hoy les instruyen para que les den abortivos a las mujeres que preñan. La moral en calzoncillos.
No olvidemos que el propio papa Francisco está siendo víctima de una conspiración por parte del clero fundamentalista católico que busca boicotear sus pretendidos cambios y, sobre todo recuperar el control sobre el Banco Vaticano y las finanzas que este papa les ha arrebatado
No debemos perder de vista que, detrás de esta lucha por la defensa de la vida se esconde la intención de recuperar su otrora ascendencia política sobre los Estados, ascendencia que ha venido perdiendo a partir de las victorias liberales sobre el absolutismo que ella ama y representa. Asunto de dominio y de poder, no de amor. La moral en calzoncillos.
Esto de que un grupo de sacerdotes y diáconos de la Iglesia Católica invada el congreso para dedicar una oración para pedir que los legisladores se iluminen y no aprueben las observaciones que hizo el Poder Ejecutivo al Código Penal Dominicano, es parte de un plan que busca llevar a la sociedad dominicana al retroceso, es decir: para recuperar el dominio absoluto que ejercía sobre ella, mediante el chantaje y en nombre de un Dios metafórico que ellos explotan inmisericordemente ; para que por medio de Dios le teman a ellos por tener las llaves del infierno. La moral en calzoncillos.
Anteriormente la Iglesia constantiniana de Roma había puesto a circular un documento denominado “Los 10 Mandamientos de los votantes”, para mandar a las gentes a no votar por los candidatos a diputados y senadores que propiciaran el aborto, por que rechazaren la aprobación del artículo 30 de la Constitución de la República que penaliza el aborto. La moral en calzoncillos.
Pero no olvidemos jamás que el propio papa Francisco está siendo víctima de una conspiración por parte del clero fundamentalista católico que busca boicotear sus pretendidos cambios y, sobre todo recuperar el control sobre el Banco Vaticano y las finanzas que este papa les ha arrebatado. La moral en calzoncillos.
Estas fuerzas clericales que actúan contra el papa se encuentran organizadas dentro del Opus Dei, una Prelatura Personal que se le ha salido de las manos a este papa liberal, el que también se combate a muerte desde esta misma República Dominicana, solapadamente. La moral en calzoncillos.
Los dominicanos no estamos ajenos a esta lucha contra el papa, contra el liberalismo en la Iglesia. Los hechos de estos curas ante la Cámara de Diputado y el Congreso obedecen a la rabia que le ha dado a estos grupos fundamentalistas al ver a nuestro presidente salirle al frente para defender la Constitución Dominicana. La moral en calzoncillos.
Buscan someter la voluntad del presidente, someter la racionalidad de sus irrebatibles argumentaciones. Son dogmáticos recalcitrantes. Usan la temática, no les interesa el país y mucho menos la vida, solo les interesas restablecer su dominio y, sobre todo, defender su Concordato controlando a políticos y jueces, en especial a los del Tribunal Constitucional, al que buscan independizar de la Corte Internacional de los Derechos Humanos. La moral en calzoncillos.
No nos perdamos, pongamos esta “lucha por la defensa de la vida” de la Iglesia en perspectiva, porque es pura hipocresía clerical y, más allá, es moral en calzoncillos.