“A los Masones despiertos y a los dormidos”

La historia ha registrado que mientras el masón toma los caminos de la luz y del progreso el clero se hunde más en los caminos de la oscuridad y la ignorancia.

Desde siempre, y por circunstancias históricas y por origen, la Masonería se ha caracterizado por su trabajo discreto y efectivo, y en los momentos difíciles siempre ha surgido la mano de un Masón para auxiliar la causa de la luz.  Los Masones han auspiciado las grandes revoluciones del mundo y del pensamiento humano, han enfrentado a las tinieblas del dogma liberando al hombre de la esclavitud del oscurantismo del clero absolutista, elevando al hombre hacia la luz y del conocimiento, al paraíso.

El origen y causa de nuestra Independencia Nacional y de las ideas libertarias que conformaron la República Dominicana como Nación (y de toda América) podemos encontrarla en las Órdenes o Logias Masónicas. Nuestra misma organización patriótica “La Trinitaria” de Duarte, Sánchez y Mella tuvo su origen e inspiración en los Principios Masónicos que enarbolaban los fundadores de la Patria Dominicana, como verdaderos Masones que eran, perseguidos por la Iglesia Romana colonialista de entonces.

Los Trinitarios además de combatir a los haitianos debieron luchar contra un clero católico romano testarudo y traidor que se oponía a la Independencia Dominicana y sus ideas libertarias, a los derechos del hombre a pensar libremente y a elegir un culto diferente al monopólico católico existente. En vez de la independencia y la libertad de pensamiento democrático, preferían que una potencia extranjera monárquica aliada (similar al papado) continuase dominando a los criollos para no perder su poderío ante la pujante acción de los Masones liberales enemigos a muerte de Roma y de su papa.

Para entonces, hablar de la Independencia Dominicana era hablar de la Masonería. Recordemos la aparición del “Gorro Frigio” en los primeros escudos dominicanos de 1844 en lo que hemos llamado “Guerra de los Escudos”, entre la Iglesia y los Trinitarios Masones por dominar y conformar los símbolos patrios. Por entonces la Iglesia terminó derrotando a los patriotas, fusilando disidentes, desterrando a Duarte y proclamando una “Constitución Confesional” y no Laica como anhelaban los Padres de la Patria.

Para tener una idea contextual de la lucha encarnizada y de los odios de la Iglesia de Roma y de sus Papas contra los Masones de entonces nos basta conocer algunos fragmentos de sus encíclicas donde quedaron plasmados sus sentimientos antimasónicos. Escuchemos como se confiesa la Iglesia sobre los “Satánicos Masones”:

"Bastante claro aparece qué sean y por dónde va la secta de los masones. Sus principales dogmas discrepan tanto y tan claramente de la razón, que nada puede ser más perverso. Querer acabar con la Religión y la Iglesia fundada y conservada perennemente por el mismo Dios, y resucitar después de 18 siglos las costumbres y doctrinas gentílicas, es necedad insigne y audacísima impiedad" (León XIII, Encíclica "Humanun Genus").

"Secta satánica que tiene por única ley la mentira, por su dios al demonio, y por culto y religión lo que hay de más vergonzoso y depravado sobre la faz de la tierra" (Pío VIII, Encíclica "Tradite").

"Todo lo que ha habido en las sectas y herejías más criminales de sacrílego, vergonzoso y blasfemo, ha pasado a las sectas secretas y por ende, a la francmasonería". (Gregorio XVI, Encíclica "Mirari vos").

Y lo peor, la actitud de la Iglesia sobre los Masones no ha cambiado en nada. El nuevo canon 1374 del CIC de 1983 – modificando la redacción del anterior canon 2335 del CIC de 1917- dispuso:

"Quienes se inscriban en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación debe ser castigado con entredicho".

Dijo una vez el ahora Papa Ratzinger, en un comunicado de carácter oficioso publicado en L´Observatore romano titulado "Reflexiones un año después de la Declaración de la Doctrina de la Fe. Incompatibilidad de la fe cristiana y la masonería":

"El 26 de noviembre de 1983 la Congregación para la Doctrina de la Fe publicaba una Declaración sobre las asociaciones masónicas. A poco más de un año de distancia de su publicación puede resultar útil ilustrar brevemente el significado de ese documento. Desde que la Iglesia empezó a pronunciarse rigurosamente sobre la Masonería, su juicio negativo se ha inspirado en múltiples razones, prácticas y doctrinales. No se ha juzgado solamente a la masonería como responsable de actividades subversivas en su confrontación, sino que desde los primeros documentos pontificios sobre la materia y particularmente en la encíclica de León XIII "Humanum Genus" ( 20 de abril de 1884) el Magisterio de la Iglesia ha denunciado en la masonería ideas filosóficas y concepciones morales opuestas a la doctrina católica. Para León XIII esas ideas y concepciones se reconducían a un naturalismo racionalista inspirado por sus planes y su actividad contra la Iglesia. En su carta al pueblo italiano Custodi (8 de diciembre de 1882) León XIII escribía: recordemos que el Cristianismo y la Masonería son esencialmente inconciliables, por lo tanto inscribirse en una de ellas equivale a separarse de la otra.”

Mas claro ni el agua. De manera que para la Iglesia de Roma y para todo su clero incluyendo al dominicano. Los Masones son una amenaza pues utilizan medios efectivos para obtener sus objetivos. Buscan:

1. Destruir radicalmente, a base de una persecución descarada, a la Iglesia o aniquilar, por un fraudulento e hipócrita sistema de separación entre ella y el Estado, toda la influencia social de la Religión, llamada insidiosamente clericalismo, y hasta donde sea posible, destruir la misma Iglesia y toda religión que sea algo más que un culto vago de la patria y de la humanidad;

2. Laicizar o secularizar por un sistema igualmente hipócrita y fraudulento de neutralidad religiosa, toda la vida pública y privada, sobre todo la instrucción y la educación popular. Es de notar que la neutralidad, conforme se la entiende en la circular citada al Gran Oriente de Francia, no es más que un sectarismo anticristiano, anticatólico, ateísta, positivista y agnóstico disfrazado de neutralidad.

3. Desarrollar la libertad de pensamiento en los niños, sistemáticamente, en las escuelas infantiles, protegiéndola en todo lo posible contra la influencia contraria, no sólo de la Iglesia y de los sacerdotes, sino también de los mismos padres de familia, y eso aun por medios compulsorios, morales y físicos, si fuere preciso. El gran Oriente considera esto como indispensable e infalible, para llegar al establecimiento de la república universal y de la tan deseada paz del mundo". (Chaîne d’Union, 1889, 134, 202 ss. Compte Rendu du Congrès International Maçonnique de París, 16-17 Julio 1889. "Revista Masónica”, 1888 y 1910).

Muchos dicen que se nota un cierto despertar en las Logias Masónicas dominicanas, otros dicen que no, que son muchos los Masones que permanecen dormidos como lirones, sin agenda ni propósito vivo, rumiando las glorias del pasado.

Sin embargo creo que muchos permanecen alertas y concientes, conocedores de que la guerra contra las tinieblas no es una cuestión del pasado, que no estamos en épocas  de ritos y de símbolos y de fatuas reuniones eruditas y lecturas y teorías, sino que estamos en tiempos de acción porque ésta es una guerra a muerte, la de siempre, la que hoy se está librando ante los ojos de muchos pasivos e indiferentes Masones dominicanos que permanecen temerosos y callados y pasivos, renegando de sus deberes y convicciones Trinitarias.

Despertemos sin temor ni timidez. No hay “medias tintas”, para la Iglesia de Roma los Masones siempre serán Satánicos, como declarados enemigos de la esclavitud espiritual y de los dogmas.