(La Masonería y la Iglesia X)
La celebración del Bicentenario del Nacimiento de Duarte en manos de un cardenal de la Iglesia de Roma más que una fiesta nacional será el funeral de una verdad histórica: el enfrentamiento ideológico entre el Duarte liberal y la Iglesia derechista conservadora.
Quien cree en la versión católica de la historia enseñada en las escuelas no verá jamás que la Iglesia combatió y conspiró contra Duarte… el secreto mejor guardado por el clero.
Por ello la celebración del Bicentenario en manos de un cardenal será un réquiem al ideario de un Patricio que se opuso a los propósitos rabiosamente antidemocráticos de la Iglesia de Roma.
Lo correcto sería que la Iglesia aprovechara la ocasión para pedir perdón a los dominicanos por ocultar esta verdad y reconocer el rol opositor que asumió frente a los Trinitarios (y contra Bosch), asumir que se opuso a todas las revoluciones liberales independentistas de entonces y dejar de propagar la falsa idea de que fue una abanderada de la Independencia dominicana.
A la Iglesia solo le interesó la “Separación” de Haití y no la “Independencia”
A la Iglesia solo le interesó la “Separación” de Haití y no la “Independencia” de España, la verdadera Independencia que llamamos “Restauración”: liberarnos del yugo colonial y su Iglesia cómplice. La Iglesia solo quería “separación” para recuperar las propiedades y el poder que les dio la colonia y que el invasor haitiano les quitaba.
Como anti republicanos y anexionistas fervorosos, lucharon a favor de España y en contra de los patriotas independentistas.
Pero ¿Que busca la Iglesia al encabezar la celebración del Bicentenario de Duarte?
Es muy evidente que la Iglesia busca mantener el control de la verdad histórica, el control ideológico. Busca impedir que esta celebración oficial se convierta en una tribuna de la verdad y se diga por todas partes que la Iglesia combatió a Duarte. Por ello le pidieron al presidente poner al cardenal a la cabeza, para continuar con su nefasta labor de manipular la verdad histórica.
A ningún pensante conocedor del contexto histórico se le ocurre decir que Duarte pudo hablar de república, de libertad y de conciencia sin encontrar la oposición de una Iglesia de Roma que se mostraba opuesta a todo progreso, a todo concepto republicano que implicara democracia y avance de los pueblos.
Ha sido tanta la distorsión histórica que muchos dominicanos han llegado a creer que la Iglesia Católica (con su Virgen protectora de los dominicanos) fue la principal protagonista de las dos Independencias Dominicanas… Siendo todo lo contrario como vimos en artículos anteriores.
La Restauración como “la verdadera Independencia”
Más que contra Haití, como masón Duarte luchó por liberarnos de la España monárquica y de su servil instrumento de dominio ideológico, la Iglesia Romana; este fue su principal objetivo y afán, como lo fue para otros personajes libertadores de América. La “Separación” de Haití fue algo circunstancial, Duarte luchó por la “Independencia”, por eso que mal llamamos “La Restauración de la República”, que fue la verdadera Independencia.
A nadie en su sano juicio se le ocurre pensar que los ideales de Duarte se limitaban a vernos separados de Haití sin la visión del contexto universal de la Revolución Francesa y de las revoluciones americanas que procuraban liberarse del dominio colonial y el eclesial católico que le servía de ariete esclavizante y con el que compartía su botín de guerra.
Es necesario saber que el propósito de Duarte por expulsar a los haitianos de nuestro territorio, más que un fin principal fue un objetivo secundario pero imprescindible. Su real propósito era la “Independencia del poder colonial y religioso”, el de todas las colonias de América que procuraban entrar en la modernidad liberal, la laicidad, el iluminismo, el predominio de la razón sobre la superstición católica. Buscaban separar a la Iglesia del Estado, deshacerse de la “Iglesia de las Dos Caras” como le llamaban entonces- y la llaman todavía- muchos curas liberales honestos
En aquel entonces la ocupación haitiana era un asunto coyuntural y esto lo conocía Duarte. Para el patricio el enemigo de la dominicanidad era el pensamiento político monárquico simbiótico y parasitario que representaba España junto a la Iglesia, asunto que explotó con dramatismo en la Asamblea Nacional cuando se produjo el enfrentamiento entre el Arzobispo Portes- negado a la laicidad del Estado y a la Constitución- y el General Santana. Ver http://www.acento.com.do/index.php/blog/7449/78/El-Opus-Dei-y-la-Evangelizacion-del-Estado-dominicano.html. )
Como evidencia histórica podemos leer lo dicho por el sacerdote Sáez, (quien hace diferencia entre separación e independencia) citado en el artículo pasado:
<<La oposición del entonces Vicario Tomás de Portes al proyecto alocado de los jóvenes separatistas de 1844 revela también que la Iglesia Dominicana obedecía a una línea romana: la misma que miró con recelo cualquier movimiento independentista latinoamericano por su base liberal o sus conexiones con la Masonería.8
Basta con leer la correspondencia de Portes con Gregorio XVI y la Congregación de Propaganda Fide, su intento de disuadir a Francisco Sánchez de la locura de una separación sin protectorado (así aparece en el informe del cónsul Saint-Denys del 3 de marzo de 1844), y el trato que dispensaría al P. José Eugenio Espinosa Azcona, al que destituyó del curato de La Vega, por negarse a dejar su trabajo en pro de la candidatura de Duarte.9>>
Pero esta verdad no será dicha por el Cardenal aunque la denuncia un cura. El cardenal, “fiel” a la verdad de Cristo, tratará de ocultarle a la comisión y al pueblo que el verdadero propósito de Duarte fue el de liberarnos del poder colonial español y de su Iglesia Romana, de la Iglesia que por entonces se oponía a que todo ciudadano del mundo emplease su conciencia para ejercer su libertad de pensamiento, de religión y de cultos, siguiendo la orden de Roma.
Por ello, una vez separados de Haití y lograda la meta de la Iglesia con la Anexión, se inició la guerra de la Restauración, contra España y su Iglesia, nuestra verdadera Independencia, pues los patriotas sabían que dominio haitiano era coyuntural y que las verdaderas cadenas eran las imperiales que la Iglesia Romana antiliberal representaba como fuerza de choque ideológica del imperio, opuesta a toda democracia o independencia.
Ha quedado muy esclarecida esta manipulación histórica donde los historiadores parcializados de la Iglesia católica se han aprovechado del evento coyuntural de la “Separación” de Haití para llamarla “Independencia”, sabiendo que la lucha principal de Duarte fue contra las ideas fundamentalistas, segregacionistas y monárquicas de su Iglesia Romana inquisidora, las del imperio español.
Sin embargo hay que decir que dentro de la Iglesia existían sacerdotes independentistas de sentimientos liberales y patrios que actuaban aliados a los grupos masones pro laicos, a los que pertenecía Duarte.
La Iglesia Dominicana es una metáfora
Ante el control manipulador que ha tomado la Iglesia con su cardenal sobre la comisión del Bicentenario sería conveniente proponer la creación de un forum de historiadores y pensadores libres para que se aclaren estas cuestiones, sin miedos y temores, emancipados de toda visión interesada que pretenda imponer una ideología, una visión del mundo y de nuestra historia, esencialmente la Católica Romana, la visión que se ha apoderado del pasado distorsionando la verdad histórica, el pensamiento liberal- anticlerical y laico por necesidad- que impulsó a nuestro Juan Pablo Duarte.
Debemos esperar un funeral de la verdad histórica, a menos que los miembros de esta comisión le broten los cojones que tienen encogidos y le den un “golpe de estado intelectual” al Cardenal y rompan la censura clerical, modificando el contenido ideológico distorsionado del programa de celebraciones y expongan a la Nación y a nuestros jóvenes escolares esta verdad histórica: Que la Iglesia se opuso militantemente a la Independencia (Restauración) combatiendo contra Duarte.
Desde siempre la Iglesia de Roma le ha dado patente de corso a sus obispos que como agentes internacionales obedientes a su estado monárquico, los ha esparcido por las naciones y los mares del mundo para que desvalijen sus arcas y distorsionen la verdad y su historia. La “Iglesia Nacional” no existe, la Iglesia Dominicana siempre le será infiel a la Patria, es una metáfora, un engaño del clero pues -como lo confirmó el Arzobispo Portes- solo le deben lealtad a los mandatos y a los intereses del papa de turno y a su Constitución, no a la nuestra.
Esto nos explica el porqué combatieron y todavía combaten contra la Verdad, contra Duarte, contra la República, contra la Democracia y contra la Independencia.