Aunque la ha “derogado”, la Iglesia católica mantiene vigente y activa su vieja visón sobre la dignidad humana, sobre la libertad de conciencia, de pensamiento y de prensa.

Por ello, para llegar a comprender el irracional rechazo de la Conferencia del Episcopado Dominicano al Anteproyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva del diputado Cristian Paredes y otras propuestas racionales, es necesario comprender este trasfondo, la visión absolutista que mantiene vigente la Iglesia sobre el hombre y sobre el mundo, el desprecio que siente por la dignidad humana, por la libertad de conciencia, por la igualdad, por la democracia, por los derechos del hombre, por el Estado laico que soñó Duarte.

Son sus acciones y no sus palabras las que definen su ideología y su egoísmo al creerse conformar una casta sacerdotal elegida y superior a las demás denominaciones, los legítimos y únicos representantes de Dios en la Tierra, una santa soberbia, lo que nos deja patente el cardenal dominicano.

Lo que disimula y oculta, tratando de esconder su desprecio al resto de la humanidad, a los que no comparten sus dogmas, con discursos hueros que hablan de amor, de defender la vida, de valores humanos. Como madre y maestra de la hipocresía universal, del falso “cristianismo romano” que desde siglos profesa su engreído clero.

Veamos cómo sus propios papas lo confesaron por escrito:

– En 1791, a raíz de la Convención Francesa de los Derechos del Hombre, la Iglesia declaraba la guerra a las ideas liberales de la masonería y les respondía con vehemencia en su encíclica “Quod aliquantum” diciendo:

"no puede imaginarse tontería mayor que tener a todos los hombres por iguales y libres".

– Y luego, en 1832 en su “Mirari vos”, Gregorio XVI, continuando su lucha contra el hombre y , convencido de su causa absolutista, proclamaba que:

“la libertad de conciencia era un error venenosísimo”.

– Lo propio hizo Pío Nono en su “Syllabus” en 1864, condenando a toda manifestación de modernidad, de razón o de democracia que surgiera del derecho que se daba el propio hombre al negar a Dios, juzgándolo por el solo hecho de disfrutar de la “libertad de conciencia” que la propia Iglesia le negaba.

– No conforme, en 1888 el papa León XIII desplegaba su fundamentalismo repudiando la Ilustración por haber parido la “libertad de pensamiento y de prensa”, por haber engendrado la “libertad de cultos y de enseñanza”, lamentándose de que el hombre había suplantado a Dios tomando las riendas de su vida y dictándose sus propias leyes.

-Luego, en 1906, con su encíclica “Vehementer” el papa Pío X atacaba toda ley que pretendiera “separar a la Iglesia del Estado”, declarando esta idea como falsa y peligrosa.

Estas fueron las ideas absolutista que supuestamente murieron con la celebración del Concilio Vaticano II de los años 1960, las que sin embargo hoy prevalen con más fuerza, las promesas de un concilio fallido, cuando por primera vez la Iglesia se vio obligada a reconocerle al hombre su derecho de ejercer la “libertad de conciencia”, lo que jamás admitió, aunque prometió que le iba a liberar de toda razón de Estado o de iglesia, de la opresión absolutista y el dogmatismo universal que le imponía a su conciencia. El Concordato trujillista que nos aplasta es una muestra.

Sin embargo, como todos sabemos, este concilio Vaticano II fue burlado y un papa asesinado, para poder entonces imponer al opudeista Juan Pablo II, encubridor del cura pederasta mexicano Marcial Maciel.

Allí los liberales fueron derrotados y por ello, a pesar de los hueros discursos clericales que hoy hablan sobre la dignidad del hombre, la Iglesia no hace otra cosa que seguir mostrando su gran desprecio por los derechos humanos.

Su llamada “evangelización” es todavía la mayor muestra de su irrespeto por la dignidad humana. Solo les importa lavar cerebros, crear rebaños y acumular su lana; a cambio de un paraíso, de promesas que saben imposible, de salvarlos de la muerte y del infierno.

Por ello vemos hoy que la Conferencia del Episcopado Dominicano ha llamado a sus “rebaños” a oponerse al Anteproyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva. Por ello vemos a los obispos decir que todo esto de hablar de libertades y derechos obedece a lo que el Papa Francisco ha llamado “colonización ideológica”.

Y lo dicen con gran descaro y cinismo, como si ignoraran que su Iglesia ha sido la mayor maquinaria de “colonización ideológica” que ha registrado la historia, depredadora de culturas, con sus huestes inmisericordes de religiosos y curas “lavadores de cerebros”.

Y lo peor es que, han “colonizado”, han “evangelizado” a los pueblos del mundo para ponerlos al servicio de los intereses de sus amos aliados, de los ricos y de los poderosos, en contra de los pobres, primero al servicio de los emperadores romanos y luego de siglos y siglos, al servicio de los colonizadores portugueses y españoles, masacrando y depredando las culturas de la “América hispana”, de lo que hoy disfrutan, lo que Evo Morales le enrostró al papa al entregarle a su “Cristo martillado” con una hoz a sus pies, reprochándole públicamente que habían cometido un “genocidio cultural” con su “evangelización” y “reevangelización” de América .

De esto se trata, de un profundo odio y desprecio por la dignidad y los derechos humanos.

Pero, como hemos visto, no lo decimos nosotros, lo dicen sus propios papas.

Referencias:

http://guidoriggio.blogspot.com/

http://acento.com.do/2015/actualidad/8266959-iglesia-catolica-afirma-proyecto-ley-salud-sexual-y-reproductiva-busca-colonizacion-ideologica/

http://acento.com.do/2015/actualidad/8267051-riggio-dice-iglesia-actua-contra-la-razon-al-rechazar-proyecto-salud-sexual-y-reproductiva/#comment-2142365129

http://acento.com.do/2015/opinion/8251783-el-estado-dominicano-laico-o-aconfesional/