Si Danilo Medina cree que todo se resolverá con trancar a tres o cuatro segundones de la OISOE, para que esta Justicia (precisamente ésta) proceda en consecuencia con sus laxos códigos y cuentos leguleyos; si piensa que así atenúa, a lo largo, lo ancho y lo hondo de la sociedad la convicción de que también su Gobierno está podrido; si no le rompe la siquitrilla a más de un Ministro, responsables primarios de todo, y declara enérgicamente ante este pueblo su decisión, dicho y hecho, de erradicar la corrupción, jamás recuperará ni un ápice de lo mucho que ha perdido con el balazo que se dio David Rodríguez García.