Nueva York.-Por encima de todas las mezquindades, Fidel Castro Russ, fue una de las figuras más transcendentales e influyentes de la política mundial durante más de medio siglo.

El triunfo de su revolución en 1959 fue un hito histórico. La derrota vergonzosa de Estados Uidos en Playa Girón (Bahía de Cochinos) en 1961, influyó la política mundial.

Como la mafia de Chicago, que financió la invasión, perdió sus casinos de La Habana, Kennedy sacrificó a Trujillo para instalar los casinos en Santo Domingo.

Playa Girón dejó a Kennedy herido y desmoralizado, necesitaba con urgencia “ganarle al comunismo”, y cometió su principal error: Vietnam.

Invadieron Santo Domingo en 1965, para “patear al comunismo”, como le dijeron al público estadounidense.

Fidel impulsó revoluciones en Africa y Latinoamérica, casi arma una guerra nuclear con la crisis de los misiles en octubre de 1962.

Los cubanos pagaron un alto precio por su educación y salud pública, esos grandes logros nunca son baratos.

La reconciliación de la familia cubana, dividida hace medio siglo, debe ser su prioridad nacional.

Las decadentes democracias dominicana y venezolana son contemporáneas de la Revolución Cubana.

Fidel triunfó en enero del 1959, en febrero, Rómulo Betancourt inició la hoy decadente democracia venezolana. En 1961 tras asesinar a Trujillo nació la democracia dominicana, hoy secuestrada por una dictadura partidaria.

Antes de “predecir” el futuro cubano, dominicanos y venezolanos debemos examinar los resultados reales nuestra “democracia”. Ambos pueblos comparten una existencia miserable, secuestrados por una clase política corrompida, por la delincuencia, la insalubridad y el analfabetismo.

Los cubanos ganaron, con la infraestructura humana de educación, salud pública y disciplina que construyó Fidel, reconciliarán la familia cubana, y levantarán su país en corto tiempo.

Eso está seguro, comandante Fidel, y se cumplirá tu profecía del Moncada en 1953, la historia te absolverá.