Ya tenemos nueva Ley para las Fuerzas Armadas. Bien. Y le cambiamos el nombre de “Fuerzas Armadas” por “Defensa”. Perfecto. Y un civil podrá ser Ministro. Requetebien. Y no habrá más de cuarenta generales. Magnífico. Y la Marina dizque de Guerra se llamará “Armada”, y el Ejército será “de la República”. Fantástico. Y todo soldado, para ser ascendido, deberá tener cuatro años en el rango. Mejor de ahí se daña. Pero, mi querido Sigfrido, ¿qué haremos con la doctrina trujillista, que sigue vivita y coleando? (Porque si eso no cambia, aunque a esa mona la vistan de seda, mona se queda).