Nueva York.-El alcalde Bill di Blasio ganó las elecciones enarbolando la consigna de Occupy Wall Street contra las desigualdades económicas.
Comenzó atacando la raíz del problema: la educación, garantizó pre-kindergarden y cursos avanzados con créditos universitarios en la secundaria para todos los estudiantes neoyorquinos.
Ahora administración di Blasio dice guerrear contra la “segregación escolar”, pero ignora la peor segregación posible, la curricular, el origen de las desigualdades económicas y raciales.
Un puñado de blancos controla el dinero mientras el resto luchamos por migajas, eso comienza en las escuelas.
Las escuelas públicas neoyorquinas tienen 1.1 millón de estudiantes, el 15% son blancos. Dice la Coalición para la Justicia Educativa, que el 90% de los libros están escritos por blancos sobre gente blanca, para inspirar estudiantes blancos.
Eso significa que un aula con 30 estudiantes y 100 libros, tiene menos de cinco blancos y 90 libros hablando de la grandeza blanca. Los restantes 25, latinos, afroamericanos y asiáticos, sólo tienen 10 libros mencionándolos, y no siempre positivamente.
Los estudiantes blancos se destacan más, porque reciben muchísimos más estímulos curriculares que los de las minorías étnicas.
Por eso el Manifiesto de Washington Heights pidió que el currículo escolar tenga una representación étnica proporcional.
El manifiesto, emitido por escritores, artistas y el público de la XI Feria del Libro Dominicano en Nueva York, señala los daños de la discriminación curricular.
Cuando el currículo no conecta con los estudiantes de color, dice el manifiesto, muchos “terminan muertos, en cárceles, o “libres”, atrapados en un circulo de pobreza inescapable”.
Una auténtica lucha contra las desigualdades económicas, como prometió di Blasio, inicia eliminando las altamente discriminatorias desigualdades curriculares.
Los envejecientes son el único segmento poblacional creciendo entre los blancos, si no estimulamos académicamente a hispanos, afroamericanos y asiáticos, nuestra nueva mayoría minoritaria, ésta nación colapsará.