Ya pasó el Día de Reyes y con ello terminó la retahíla de reparticiones de fundas y cajas. Como era de esperar, nuestros políticos de todas las banderas reincidieron enla entrega de canastas navideñas y juguetes, un gesto de mal llamada solidaridad, para hacer creer que hacen algo por los más desfavorecidos. Fuimos así testigos del espectáculo de cientos pululando alrededor de las casas de partido en buscade una funda que contiene, entre otras cosas, arroz, espaguetis, tayota, habichuelas, ron, sardinas y mucha miseria.
Nuestros políticos están acostumbrados a eso: a comprar la asistencia a marchas por un picapollo o una botella de ron, al voto de hambre, al seguimiento bovino de masas harapientas. Sin importar que a uno lo atropellen y a otro lo maten a balazos, los muertos vivientes se manifiestan cuando llegan a recibirmigajas.
Muchos comentarios buscan comparar con animales a quienes se apersonan a las reparticiones, pero el problema no son ellos. Yo creeré en que somos el país más feliz de la región cuando no haya que hacer un reportaje para que la primera dama regale varias semanas de comida a una familia pobre. De paso, me parece una paradoja que el LatinoBarómetro afirme que “sin importar el ingreso, los dominicanos son felices a pesar de que uno de cada dos no alcanza a llegar a fin de mes sin dificultades” (ver página 50 de este documento).
El ciudadano…Necesita oportunidades y empleo. Necesita sentir ese crecimiento de 7% tan pomposamente anunciado por Valdez Albizu (¿ustedes lo han sentido?). Falta la pieza clave: la repartición de las riquezas de manera equitativa
Esta política paternalista y anticuada indigna. Quien se está tragando un cable no está en condiciones de exigir y nuestros políticos lo saben. De ahí la completa falta de voluntad de los partidos paracombatir la corrupción que se come el presente y futuro de todos los ciudadanos, por aquellode que entre bomberos no se pisan la manguera.
El ciudadano no necesita cajas, necesita educación pública de calidad. La clase media para no verse obligada a inscribir a sus hijos en escuelas privadas, los pobres porque es un derecho. Necesita servicios de salud pública para no morir por falta de atención adecuada y dinero. Necesita un sistema de transporte decente para no tener que montarse en las bombas andantes que tenemos en las calles. Necesita oportunidades y empleo. Necesita sentir ese crecimiento de 7% tan pomposamente anunciado por Valdez Albizu (¿ustedes lo han sentido?). Falta la pieza clave: la repartición de las riquezas de manera equitativa.
Así como Félix Bautista celebra muerto de la risa con la señal de la L el archivo de su grosero expediente de corrupción, la realidad es que la mayoría de los dominicanos continúa llorando con su sueldo cebolla.
Mucho se repite que este es un gobierno de promesas cumplidas. Yo anhelo que el presidente Danilo Medina cumpla con esta: "El primero que el rumor público acuse de cosas indebidas, le voy a pedir cuentas delante de sus compañeros, y si lo que me dijo no me satisfizo entonces lo cancelo. El segundo que el rumor público señale, le hago un expediente y lo someto a la justicia”.
Seguimos esperando…