La corrupción administrativa infectó las relaciones diplomáticas del país con sus principales socios comerciales a nivel mundial. Estados Unidos, la Unión Europea y Gran Bretaña, las tres principales fuentes de préstamos, donaciones, asistencia técnica, inversión extranjera y turismo, se quejaron de la corrupción dominicana.
La última en denunciarlo fue la embajadora estadounidense Robin Bernstein quien se sumó a otros diplomáticos que critican esa situación.
Antes de que Bernstein hablara hace poco en el almuerzo mensual de la Cámara Americana de Comercio en República Dominicana (AMCHAMRD) los embajadores de Gran Bretaña, Steven Fisher y la Unión Europea, Gianluca Grippa, denunciaron la falta de seguridad jurídica que enfrentan los inversionistas de sus países en la República Dominicana.
Empresas de esos países han abandonado la República Dominicana porque funcionarios oficiales obstaculizan sus operaciones demandando el pago de sobornos. En algunos casos toman el dinero y aún así no cumplen con sus obligaciones.
“Algunos inversionistas individuales compartieron historias con nosotros acerca de millones de dólares que gastaron para comprar una casa o propiedad que nunca recibieron”, dijo Bernstein en su discurso ante la AMCHAMRD.
En la zona de Bávaro hay un caso que ilustra muy bien lo que dice Bernstein, el ingeniero Diógenes Aracena Aracena adquirió terrenos del Banco de Reservas, empezó a negociarlos con inversionistas extranjeros. Pero los abogados del Estado, Fermín Casilla Minaya y Gedeón Bautista, se apoderaron de los predios y de equipos pesados del legítimo dueño.
De éste tipo de situaciones fue que habló Bernstein: “Y sus intentos (de los inversionistas) de recuperar sus fondos quedaron estancados en el sistema legal donde las decisiones son influidas por la influencia política o económica”, añadió la diplomática.
Mediante la sentencia 543 del 2008, la Cámara Civil y Comercial de la Altagracia falló ordenando que le devuelvan los terrenos a Aracena y Aracena, pero Casilla Minaya y Bautista, desacatan la sentencia.
“La parcela se encuentra debidamente deslindada, con su Certificado de Título de Propiedad No. 2004-562, adquirida mediante compra al Banco de Reservas” dice la sentencia, que acusa al Abogado del Estado de despojar de su propiedad al legítimo dueño y de violar el derecho de propiedad consagrado en la Constitución.
Casilla Minaya y Gedeon Bautista fueron condenados a pagar un astreinte (penalidad) de $100,000 diarios hasta que cumplan la sentencia, no devuelven los predios, ni los equipos pesados, ni pagan el astreinte. Y no dan explicaciones ni responden preguntas al respecto.
Casilla Minaya y Gedeón Bautista violan el derecho a la propiedad, desacatan sentencias judiciales, interfieren en las operaciones del Banco de Reservas y obstruyen la inversión extranjera.
Algo está claro, es muy probable que el caso Aracena no sea el único en el que Casilla Minaya y Gedeón Bautista hayan asumido esa actitud, y que no solo son ellos quienes hacen este tipo de cosas. Por eso los diplomáticos pegan el grito al cielo y siguen pasando desgracias en el país.
Los desacatos judiciales y otros actos de corrupción han motivado matanzas en Miches, Higüey y otras partes de la zona éste del país.
“Estos casos forman parte de una creciente preocupación por el clima de inversión aquí en la República Dominicana”, dijo la embajadora estadounidense. Previamente, Bernstein llamó al pueblo dominicano a “no votar por políticos corruptos”.