No hay nada más adverso que la Antipolítica. La Antipolítica es nefasta para la vida democrática, para la institucionalidad. La Antipolítica es el grado de degradación de la legitimación de la Política. La Política como la capacidad de hacer cosas, en función de las prioridades y agenda de la sociedad.

La Antipolítica es el desgarramiento moral de los ciudadanos al comprobar el accionar e instrumentalización de los actores políticos frente a los desafíos de un país determinado. La aversión a la Política trae consigo el más corrosivo populismo que se puede interiorizar en una nación.

La Antipolítica es un antídoto inadecuado, una medicina falsificada a un cuerpo humano. Es la consecuencia mal dirigida del aborrecimiento, de la repulsión, del asco que genera el ejercicio de las elites políticas frente a los problemas cardinales del cuerpo social dominicano.

La Antipolítica es el juego más cómodo de la indiferencia, de la complicidad, del miedo y el silencio atroz. Es la respuesta exacerbada del individualismo a una problemática colectiva-social y por ende, política. Es la exigüidad del todo está perdido. ¡Nada produce tanto dolor que ver desafíos de ayer prolongados en el tiempo, sin resolver!

Para la Clase Política, más allá de si es un diseño construido el fragor de la Antipolítica o es consecuencia de ver la Política como negocio y en consecuencia, no sintonizar ni asumir los cambios medulares, las derivaciones siempre traen consigo su desaparición. En nombre de la antipolítica, que es política, surgen los providenciales, los caudillos, las figuras carismáticas, que en aras de un mejor proyecto de existencia se convierten en nihilistas.

La Antipolítica se convierte así, como el germen, el preludio, el preámbulo para el desconcierto de los regímenes fuertes que coadyuvan a las más devastadoras desviaciones de la democracia. Lo desconocen todo. Una tierra arrasada se entroniza como factor de erigirse en el intérprete de las necesidades y deseos de una sociedad que no contemporiza con el Sistema Político.

La Antipolítica es una respuesta inefectiva ante el cúmulo de corrupción, del irrespeto a la institucionalidad, ante la prolongación factual de la inequidad, de la desigualdad, de la marginación, de la exclusión pavorosa que se regodea y gime sin espanto y sin silencio. Es la falta de respuesta a los conflictos sempiternos que gravitan y lloran el canto eterno, transformados en problemas estructurales.

La Antipolítica es el berrido, el quejido sin calidad del Sistema Político. Es el sepulturero de un Sistema Político decadente, costoso, estridente; empero, no garantiza más democracia y mejor participación. Ahí se encuentra el difícil tránsito. Negar, con razón y razonabilidad todo el tambor de 34 años que no han encontrado eco verdadero de la existencia vital de una amplia franja de los dominicanos y dominicanas.

La Antipolítica es, en sí misma, desequilibrio. Una búsqueda con los ojos cerrados, donde razón y emoción no se encuentran. Es quizás, la enajenación frente a una “aquiescencia y una sumisión aduladores ante cualquier forma de poder”. Es el espanto de la “servidumbre” voluntaria de tanto tiempo. Un síndrome de dolor que drena un día, ante un parto reculado en el tiempo.

Por eso, es necesario reflexionar, repensar que un mejor país es posible. Para ello, debemos asumir la frase de Giovanni Sartori en su libro Homo Videns “Saber de política es importante aunque a muchos no les importe, porque la política condiciona toda nuestra vida y nuestra convivencia. La ciudad perversa nos encarcela, nos hace poco o nada libres; y la mala política, que obviamente incluye la política económica, nos empobrece”.

La Antipolítica es una introspección personal que deviene como secuela de la evaluación que hacemos de los actores políticos. Por lo tanto, es una asunción social-colectiva. Esa percepción de la Antipolítica no debe ser de la política sino de la partidocracia, pues ello no encierra la Política toda. La Política no está en crisis y nunca lo ha estado en la historia ni en nuestro país. Hay crisis en la sociedad y la política es una parte de la vida social. De ahí, que no podemos rechazar la política como algo pecaminoso, mugriento, cochino, inmundo; sino como el arte y la ciencia que tiene que ver con el poder para cristalizar políticas públicas que contribuyan con el desarrollo, bienestar y calidad de vida de la gente.

La Política se transforma en Antipolítica cuando la vinculamos con los negocios; cuando nos apropiamos desde el Estado, merced a la acumulación de capital; cuando a una parte importante de la Clase Política solo le interesa el dinero, en una mutación sin sentido de la historia. La Antipolítica se recrea cuando desde el poder propiciamos las inobservancias de las leyes y creamos un relajamiento con las mismas.

Al debilitar con sus acciones y decisiones las instituciones, la Clase Política está creando su propia tumba. Ya en nuestro país, según Estudios que se conocen, un 34% de la población con derecho a votar no se siente representado por el Sistema. Más de un 55% de los jóvenes entre 18 y 30 años le tienen fobia, horror, repugnancia, aversión a la política. Cada vez más, hay una separación entre el Estado y la ciudadanía, entre la política y el poder, antesala de la Antipolítica y de la ruptura o el trastocamiento en los cimientos. La mirada cierta ha de ser la construcción de una Gobernanza donde el Capital Institucional sea el baluarte.

Es la democracia como legitimidad, que como diría Giovanni Sartori en su libro ¿Qué es la Democracia? “Hay democracia cuando existe una sociedad abierta en la que la relación entre gobernantes y gobernados es entendida en el sentido de que el Estado está al servicio de los ciudadanos y no los ciudadanos al servicio del Estado, en la cual el gobierno existe para el pueblo y no viceversa”.

La Antipolítica es una expresión de la anomia social, de la descomposición de los actores políticos que se reclinan como eje central y referencial en el conjunto de la sociedad. Salpican así, una anatomía social que crea su propia crisis. ¡La alternativa es democratizar la democracia con la PARTICIPACION!