(Caso de Gonzalo Castillo)
La Agnosia es la perdida de la capacidad de identificar objetivos o personas. Es el desconocimiento del terreno en que interactuamos; la falta de comprensión de sus capacidades, de sus competencias. Es el significado, como derivación, del exceso de su importancia en la vida; acusa, como fiel reflejo de esa enfermedad, de un exceso de su rol. Entre el rol y no entendimiento de las mezclas de los distintos factores que gravitan en el campo de la política, en la construcción de las relaciones de poder.
La política, en la esfera más alta, es más que gerencial. La política entraña en esa instancia de jerarquización, gobernar. Gobernar desde la política, implica un desafío que dimana de un cuerpo de conocimientos, que opera desde el arte y la ciencia. Por eso, un buen perfil para un gobernante, requiere en la sociedad del Conocimiento y de La Información:
- Una buena cultura general;
- Conocimiento profundo de la historia de su país;
- Capacidad para gestionar conflictos.
- Capacidad para comunicarse y saber construir sinergia;
- Conocedor e internalizador de los valores de la democracia;
- Dominio de los fundamentos de la macroeconomía;
- Integridad, vocación y devoción por los intereses públicos y una incuestionable moralidad pública;
- Dominio de la política internacional y de la Geopolítica.
Lo que buscamos no es retórica, en la construcción de una imagen mediática, vacía y hueca. No es “sangre nueva” de puente, hoy, para empujar “sangre vieja”, en el 2024. Buscamos seres humanos con compromiso social, con sensibilidad, con su historia. No queremos rentistas de la política. No queremos “empresarios” que crecen y se desarrollan al amparo del Estado. Una rentabilidad cimentada en las violaciones.
En nuestra sociedad, como diría la Politóloga Jacqueline Polanco, impera la corrupción y la cartelización de la política. La corrupción es la sangre vital para la dominación y ejercicio de la política. Hoy, no existe ninguna relación, ningún puente, que no sea el clientelismo, el nepotismo, el patrimonialismo, el padrinazgo y la captura del Estado como epicentro vivido del modus operandi. ¡Cuasi nos destrozan y engullen como sociedad, desde la política como botín.
Por eso es el crecimiento del crimen organizado; la delincuencia política recrea como dominio referencial todos los ámbitos de la vida social. La delincuencia política, con su opulencia, catapulta los tramos de la vida social de los segmentos excluidos. Por ello el crecimiento de la anomia social e institucional; la degradación y miseria humana que cada día más se expande en la vida colectiva.
Gonzalo Castillo, es el punto de inflexión, el más icónico representante del rentismo en la política. Es el más conspicuo exponente de la visión de la política como negocio, como corporación. No es el solo, empero, es el más fiel estandarte del PLD y encierra el conjunto de todos. En el PLD hay muchos que eran de la baja pequeña burguesía y media, que hoy son políticos empresarios, con algunos alcances de desarrollo político y cierta formación intelectual.
Desde la política, Gonzalo Castillo, es y era el candidato más vulnerable, el más débil del PLD, el que menos formación política tiene y el que desde el 1997, toda su relación empresarial ha tenido un cordón umbilical con el Estado, el que construyo una “sagacidad” emprendedora desde las “oportunidades” con la elite política. Él es la cristalización y construcción del marketing político. Es la máscara de la mentira y el desorden de la postverdad, como expresara Raúl Rodríguez F. “distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”.
No es verdad lo que señala Gonzalo Castillo “que mientras no se nombre un sustituto o se reciba por escrito su renuncia la ley establece que sigue como Ministro de Obras Públicas. El artículo 95, de la ley de Función Publica, 41- 08, no aplica para su caso, ya que el artículo 18, de la ley citada precedentemente, referente a categorías de servidores públicos, nos señala 4 categorías, a saber:
- Funcionarios o servidores públicos de libre nombramiento y remoción;
- Funcionarios o servidores de carrera;
- Funcionarios o servidores públicos de estatuto simplificado;
- Empleados temporales.
Lo que alude que lo ampara es para empleados de carrera, que en el Artículo 145 de La Constitución, nos habla de la protección de la Función Publica. Un puesto de Ministro, es un cargo que en el orden de la jerarquía del Estado, corresponde a una Clase de puesto, en sí mismo, al tiempo que queda en la categoría de Serie de clase de puesto. Eso quiere decir que es un puesto clave. ¿Por qué a un mes y 11 días de su renuncia no se ha emitido el decreto para rotarlo? Porque Gonzalo Castillo, goza con la más alta instancia del poder político, de una relación singular, que va más allá de la cuasi relación filial con Reinaldo. Los intereses pétreos de la plutocracia ejercieron mayor dimensión, sobre todo, si se quiere volver, en una rehabilitación sin sentido de la historia y de la manecilla del reloj.
El Articulo 135 de La Constitución, establece los requisitos para ser ministros o viceministros y en la parte infine del mismo, esboza “Los ministros y viceministros no pueden ejercer ninguna actividad profesional o mercantil que pudiere generar conflictos de intereses. El Artículo 25, de la Ley 105 – 13, sobre Regulación salarial del Estado Dominicano: Prohibición de carácter ético. “Sin menoscabo de las disposiciones de la Ley sobre Compras y Contrataciones de Bienes, Obras, Servicios y Concesiones el Sector Publico u otra disposición al respecto, a todos los funcionarios sujetos a la presente ley les está prohibido:
“Tener participación en empresas que tengan convenios o contratos de cualquier naturaleza con el sector público, así como con empresas subcontratistas de éstas o que perciban ayudas públicas.
- Utilizar su cargo para obtener ventajas, beneficios o privilegios que no están permitidos por la ley, de manera directa o indirecta, para él, algún miembro de su familia o cualquier otra persona, negocio o entidad. b) Obtener préstamos y contraer obligaciones con personas naturales o jurídicas con las cuales se tengan relaciones oficiales en razón del cargo público que desempeñan.”.
Realmente, es triste, desolador el escenario de esta precampaña, donde dos leyes que anduvieron 22 y 20 años, finalmente, eclosionaron como si parecieran dos ratoncitos; para validarnos el poco alcance y dimensión de una parte de la clase política. La plutocracia y la cleptocracia, en el PLD impusieron un candidato de una facción del Partido gobernante. Si ese es el horizonte, la calidad de la democracia se achica, se eclipsa, aún más.
Mirar al futuro , en éste presente tan desgarrador, conlleva refundar la política, que no es otra cosa que regenerar la democracia, que coadyuve a más y mejor democracia, donde las ideas, los debates tengan un espacio y no el cálculo frio de la manipulación y la trapisonda.¡ No a la agnosia y si a la calidad del dialogo publico¡.