Cuando el Gobierno declara que creará una empresa pública de generación eléctrica pone en evidencia la confusión existente en su seno respecto al papel del Estado en un orden eléctrico que cuenta con una significativa participación privada en el segmento de la generación. Participación privada que es una realidad y de la cual no se puede prescindir a menos que nos descolguemos por el tremendismo económico.
Me explico, el Estado no tiene dinero para comprar todos los activos (plantas) privados invertidos en generación, ni tampoco puede decretar una estatización de esa envergadura sin que termine aplastado por la comunidad económica y política mundial.
Además, en muy pocos países el Estado puede mantenerel ritmo de inversiones que demanda un servicio eléctrico aceptable. Las inversiones son continuas en nuevas plantas generadoras, enel sistema de transmisión y en redes, medidores, tecnologías y transformadores de distribución. El presupuesto nacional nunca alcanzara para seguir laruta sintérmino de inversiones multimillonarias en dólares.
Por tales razones, lo mejor que puede hacer el Estado es reducir riesgos y amenazas, y facilitar la inversión de capitales privados.
Por otro lado, cuando la Asociación Dominicana de Industrias Eléctricas (ADIE)se opone alcitado propósito del Gobiernoy le pide que se limite a un rol de regulador,también evade reconocer las extraordinarias limitaciones que ha tenido el sector privado para hacer las inversiones a tiempo, volumen y pertinencia tecnológica (tipo de combustibles y eficiencia térmica) que se corresponda con la demanda.
Además, la experiencia en la arena internacionales que los proyectos privados en plantas eléctricas de carbón o de gas natural que incluya la terminal gasífera,capaces de producir el kilovatio hora a muy bajo costo, enfrentan grandes dificultades para conseguir financiamiento en labanca internacional.
Y es que son inversiones multimillonarias en dólares, proyectos que tardan 5 a 7 años de construcción y con un periodo de recuperación de lo invertido de no menos de 30 años.
Entonces, ADIE, si los privados no pueden y el sistema necesita ese tipo de plantas ¿quién las construirá?