La mini feria de libros “Junta de Libros Vecinos” resultó ser una sorpresa y una actividad refrescante dentro del panorama cultural de Santo Domingo. El evento fue organizado por David Puig, de Ediciones de A Poco; el artista Maurice Sánchez y Casa Quien, que prestó el acogedor espacio de su galería para albergar la actividad.

La idea de los organizadores era acercar los lectores a una gran variedad de libros visuales, conceptuales o experimentales, de formatos híbridos y de limitadas ediciones, realizados por medio de la auto-edición, por colectivos o micro-empresas, por fotógrafos, escritores, poetas, artistas y diseñadores sobre temas diversos que van de lo social y documental a lo íntimo y autobiográfico

Se reunieron libros provenientes de Haití, Barbados, Puerto Rico, Nueva York, Costa Rica, Colombia y República Dominicana, demostrando al público que hay gente en la región y dominicanos en el extranjero que hacen libros a pesar de la relativa invisibilidad de sus publicaciones,  que generalmente solo circulan en ferias o en redes de distribución creadas por los mismos autores o editores

Esta novedosa iniciativa para la República Dominicana se sitúa dentro de las tendencias mundiales en materia de edición y es propicia para el fomento de proyectos colaborativos y vínculos a nivel regional. Cobra aún más interés en una región donde hay muy pocas casas editoriales dispuestas a asumir riesgos para la publicación de libros que no aseguran un retorno económico.

El solo hecho que acudiera al evento un público joven, ávido de intercambio, interesado por las publicaciones novedosas, revela un interés marcado por este género de libros. Esto representa un estímulo para los editores alternativos que se atreven a salir de lo habitual y del gusto dominante publicando autores emergentes, a veces con contenidos inusuales, sorteando los obstáculos con una feliz mezcla de osadía.

Entre las actividades de la mini feria se organizó un panel que reunió a cuatro participantes: Erika Morillo, una fotógrafa documental nacida en República Dominicana y radicada en la ciudad de Nueva York; Milo Milfort, un fotógrafo haitiano residente en Puerto Príncipe que ha colaborado con diversos medios de prensa haitianos e internacionales, miembro del colectivo Kolektif 2 Dimansyon (K2D) y ha participado en la realización de las publicaciones Frontiere(s) y Grand’Rue; Nicole Delgado y Amanda Hernández, poetas y  gestoras culturales  puertorriqueñas que dirigen el proyecto La Impresora.

Los panelistas presentaron sus experiencias y debatieron acerca de los siguientes temas: ¿Qué impulsos motivan las nuevas prácticas editoriales? ¿Qué determina los formatos elegidos y los temas abordados? ¿A qué desafíos se enfrentan estas iniciativas en términos de producción, de sostenibilidad y de difusión de su trabajo?

Erika Morillo habló de la tendencia actual de publicación de libros con una perspectiva íntima, personal y subjetiva, así como de la creación como terapia personal.

Saber usar las numerosas herramientas tecnológicas hace más fácil la edición de libros y rompe con los esquemas tradicionales. ¿Pero, cómo hacer sostenible un proyecto editorial con precariedades económicas? Sin lugar a dudas, las iniciativas nacen de las necesidades individuales, de hacer conocer obras y trabajos sin tener que pasar por las grandes casas editoriales cada vez más mercantilizadas y que ponen trabas a la recepción y lectura de obras y proyectos.

Nicole Delgado creó el proyecto La Impresora, un taller sin fines de lucro especializado en impresión en risografía y trabajo editorial a pequeña escala, que dirige junto a Amanda Hernández, para poder imprimir sus propios libros de poesía. El hecho de hacer en paralelo trabajos editoriales garantiza una forma de sostenibilidad a su proyecto editorial. Además, la risografía es una técnica de grabado mecanizado que ha sido recientemente rescatada por artistas gráficos y editores independientes alrededor del mundo por su eficiencia, bajos costos y su carácter ecológico.  

Por otro lado, la experiencia haitiana es fruto de la cooperación internacional que proporcionó al grupo una formación en nuevas tecnologías, en fotografía, en diseño de libros y en la administración de proyectos, para asegurar a mediano plazo la sostenibilidad del colectivo de fotógrafos.

Se pueden sacar algunas conclusiones de la Junta de Libros Vecinos: aún con presupuestos limitados, si se trabaja con coherencia, si se focaliza con éxito un determinado público, se pueden realizar eventos de impacto, a escala modesta, pero que inspiran a la gente, crean vínculos y rompen barreras.

La otra, es que es muy difícil de vivir de la edición, de la literatura, del arte. Por esta razón, la sostenibilidad de los proyectos editoriales alternativos proviene de la ingeniosidad y de la pasión de editores independientes con proyectos singulares, de autores y de artistas entusiastas que no escatiman tiempo y esfuerzos para difundir la cultura.