¡Ya sabía yo que todo lo que estamos viendo es cierto! ¡Ya sabía yo que eso de las “ciencias políticas” y la refinada teoría del “pragmatismo” no son más que  inventos para entretener incautos! ¡Ya sabía yo que en cada uno de nuestros cuatro mil candidatos a lo que sea en realidad se oculta Concho Primo, pues este país sigue siendo el mismo de antaño y todo lo demás es puro adorno retórico! Lo digo con la prueba al canto: “Las 58 Leyes del Poder de Juancito Trucupey”, de José Miguel Soto Jiménez, el más detallado muestrario del instinto político de un pueblo que, sin embargo, se equivoca demasiado.