“Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes, y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles” (Gandhi).
El pasado 20 de Agosto se celebró la entrega del premio nacional del periodismo. El galardón cayó este año sobre el periodista Juan Bolívar Díaz, referente ético-político, educador de generaciones de periodistas, persona con conciencia social e independencia indignada; comprometido con las mejores causas en la construcción de otra sociedad dominicana posible, democrática, justa, equitativa, participativa.
Es bueno reconocer que Juan Bolívar pertenece a una generación de periodistas que son y han sido mártires y testigos –Como Orlando Martínez y Gregorio García Castro, entre los más significativos-, que asumieron en su vida el compromiso con los mejores intereses de los grupos sociales más oprimidos y explotados de la sociedad dominicana. Él también ha sido perseguido, enfrentado y calumniado por personas y grupos del poder económico-partidario.
El ejercicio profesional de Juan Bolívar ha estado fundamentado en unos valores y principios que fundamentan una ética/espiritualidad que le ha sustentado, a partir de una convicción y decisión personal que auto formó con los aportes de importantes referentes ético-políticos –personas e instituciones- que estuvieron presentes en su formación como ser humano, como periodista, como cristiano, indignado y comprometido. Entre estas personas e instituciones podemos señalar la influencia de la Acción Católica (AC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC) con su líder Joseph Cardijn, los escritos y las acciones ético-políticas de Juan Bosch, la revolución constitucionalista del 1965 y su líder Francis Caamaño y Deñó, el ejemplo y el testimonio de Gregorio Urbano Gilbert el ciudadano indignado ante la ocupación norteamericana del 1916 y las intuiciones y escritos del Poeta Nacional, Pedro Mir, entre otras.
Juan Bolívar ha priorizado, siempre, los proyectos colectivos en su ejercicio profesional, las mejores causas públicas, como una opción personal en una sociedad marcada por un individualismo enfermizo. Así lo expresó, de forma poética, en las palabras de agradecimiento que pronunció después de recibir el premio: “Siempre he querido vivir acompañado, en proyectos colectivos, ya que no me ajustan las botes salvavidas individuales”.
Uno de los grandes logros personales y profesionales de J. Bolívar Díaz ha sido su independencia del poder estatal o partidario, así como del poder económico. Famosa fue su interpelación a Joaquín Balaguer en una rueda de prensa, cuando tenía 23 años y era un joven periodista. También su independencia ética y profesional en su largo ejercicio profesional en una de las empresas del emporio económico del grupo Corripio. Con mucha razón, el ministro de educación, Carlos Amarante Baret, en el acto de la premiación, señaló: “Periodista incómodo para las élites del poder, desde su tribuna, sea oral o escrita, ha abordado los temas más candentes del debate político, social e institucional de la vida dominicana. Podemos estar o no de acuerdo con él, pero debemos de reconocer que sus posiciones han sido solo el resultado de sus profundas convicciones éticas y democráticas”.
Juan Bolívar ha sido un militante en el sindicato de periodistas, que ha defendido los derechos de su clase ha desarrollado una intensa labor educativa al interior del sindicato de periodistas y en su cátedra en la UASD. De esta manera no se ha limitado a dar un ejemplo de ética y compromiso a nivel individual, sino que ha luchado incansablemente para que la clase periodística esté bien formada, para que desarrolle una conciencia crítica, para que mantenga su independencia de los poderes partidarios, gubernamentales, económicos y empresariales, para que pueda obtener mejor calidad, como condición necesaria para mantener la libertad de la Palabra.
Juan Bolívar, sin embargo no se siente satisfecho con lo logrado en el colectivo de periodistas y presenta, sin tapujos, sus reclamos que se convierten en un desafío para él y para quienes quieren hacer del ejercicio periodístico una labor comprometida con una sociedad justa y equitativa. Por eso señaló, suponemos que con profundo dolor: “Se alcanzó la profesionalización, pero hemos perdido la batalla por la prevalencia de los principios éticos. Hoy el periodismo está afectado por graves confusiones y dependencias de las relaciones públicas, incentivadas por partidos y gobiernos y por sectores empresariales (…). Una proporción significativa de los periodistas y comentaristas de los periódicos, TV y radio son asalariados del Gobierno, los ayuntamientos y otras instituciones estatales”.
Juan Bolívar puede retirarse de las cámaras de la televisión o de su puesto de jefe de prensa de Teleantillas –como insinuó en el acto de premiación- pero seguramente no se retirará de la lucha por conseguir una sociedad justa y equitativa, plural y democrática; y es que el colectivo de los “hijos e hijas de Machepa” de la sociedad dominicana, marcados por la injusticia indignante, la violencia estructural, la pobreza injusta y la corrupción impune, necesita seguir contando con personas, como Juan Bolívar, que sean referentes éticos solidarios con su causa, pues la tarea de la construcción de una sociedad dominicana democrática, justa, con sus avances y retrocesos, es una tarea permanente.
La juventud dominicana, la nueva generación de periodistas, las organizaciones y personas que luchan por otra sociedad posible, los cañeros que siguen luchando por una pensión digna, las y los desnacionalizados por la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, entre otros, necesitamos seguir contando con el apoyo, la denuncia, la intuición profética, la palabra incisiva, la indignación ético-política y las acciones y comprometidas y democráticas de Juan Bolívar Díaz; pues tal como dijo el dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht (1898-1956): “Hay personas que luchan un día y son buenas. Hay otras que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenas. Pero las hay que luchan toda la vida: esas son las imprescindibles.”