La sociedad esta enferma, evidentemente que nadie lo niega. ¿ Y porque esta enferma? Pues son tantas las razones o causas que merece un estudio multidisciplinario que aborde las distintas facetas que inciden en su manifestación cruda y real.
Ningún evento surge de la nada, mucho menos cuando se trata del comportamiento humano; todo comportamiento se expresa interactuando con aspectos sociales, educativos, económicos, políticos y culturales, que finalizan en una concreción de actitudes que marcan hechos de la conducta humana.
Dolidos, estamos afrontando tantas bajezas destructoras de la condición humana. Peor, periodistas lanzados en medio de la catástrofe interrogando a los padres o deudos sobre como fue la muerte de la niña, llevando esas imágenes crudas a vulnerables criaturas. ¡Que triste!. No hay normas que frenen el morbo.
Esta semana que recién discurre se ha producido espanto y terror en los dominicanos, que reciben con horror varios casos trágicos de asesinatos crueles y violaciones de jóvenes y menores en menos de dos días, con tanta saña y macabra acción, que conmueve la conciencia colectiva de la nación, desesperada y cuestionandose del porque de estas salvajes actitudes que nunca se produjeron en épocas pasadas. La sociedad dominicana esta pariendo violencia, crímenes, violaciones en forma espeluznante, como no conocíamos las adultas generaciones; nuestro deber y responsabilidad nos obliga a reflexionar, estudiar y asumir con preocupación los hechos acaecidos con determinación.
Sociólogos, psicólogos, psiquiatras, filósofos, educadores, investigadores de inteligencia, economistas , publicistas, mercadologos, comunicadores , políticos y gobernantes, urgentemente han de comenzar a diseñar todo un plan maestro práctico y estratégico en el combate de las raíces de estos síntomas que conspiran con aniquilar el equilibrio social y la paz ciudadana. Tenemos los expertos y académicos, conocedores de las desviaciones de la conducta humana, que de seguro coordinados con las políticas públicas del Estado, podrían generar los programas y planes pertinentes para a mediano y largo plazos obtener y aplicar los correctivos que espera una sociedad alarmada y atada en su impotencia.
Algunos de los aspectos que necesariamente los expertos y el gobiernto tendrían que contemplar con mucha seriedad respecto al malestar social y psicológico que asumen como práctica un sector de la juventud; como controlar y crear normas en los programas negativos de la TV, apuntando agendas programáticas de culturas de paz, sabiduría y buena música, reduciendo los gestos morbosos y provocadores; coordinar con la familia acciones educativas acerca del buen vivir. Restablecer los programas de filosofía ética en la educación nacional, abandonada en los actuales curricula, donde se priorizan asignaturas exclusivamente del mercado, como publicidad, tecnología, derecho y comercio, que no descartamos. Aplicar políticas públicas sociales, económicas y educativas de integración de los jóvenes, por el Estado, la escuela, la familia, los clubes, los partidos, las iglesias y los productores y conductores de programas televisivos. No podemos colocarnos en el sillón cómodo de la crítica que se aplaude, se hace impostergable la acción.
Desde luego, que se hace imprescindible, vincular en los programas a implementar los cuerpos de inteligencia militar y policial; desarrollar programas con las agencias y hogares que ejecutan planes contra la drogadicción, el narcotráfico, dado a que en este caldo de cultivo se alimenta el uso de drogas; se manifiestan conductas agresivas y descompuestas que impactan la sociedad negativamente. Otro factor, que influye en el joven, su incursión en las Redes Sociales visualizando imágenes dañinas que impactan sus impulsos o bajos instintos.
En fin, como las familias dominicanas viven en zozobras e impotentes por tantos crímenes horribles, claman por soluciones, que no se encuentran en simples verborreas o condenas a los culpables, porque el fenómeno como podemos ver es mucho más complejo; hay que atacarlos en cooptación multidisciplinarias y holística, poniendo en trabajo a los sectores involucrados en capacidad de buscar soluciones y consecuencias; incluso rectificando el tema de la justicia con su carga de impunidad que contribuye como mal ejemplo, que nos indican los jóvenes en las aulas cuando de este tema se trata.
Manos a la obra, Gobierno y sociedad civil.