En verdad es muy lamentable que hasta ahora los integrantes más corruptos de este gobierno sean aquellos llamados a representar en el Estado a la generación que con mayor energía, en marchas de miles de iracundos puños levantados, ha exigido el cese radical de la corrupción estatal. Es en verdad muy lamentable que en apenas quince meses el Presidente Abinader haya tenido que destituir a dos titulares del Ministerio de la Juventud (¡Algo sin precedente!) por cometer actos reñidos con el buen manejo de los fondos públicos… (Y resulta imperdonable el que esas dos malandras acrediten la idea de que la juventud dominicana es corrupta).