Nueva York.-En agosto del 99, como Editor de Opiniones de El Diario La Prensa, un día recibí a un sujeto de aspecto sencillo, corriente, sosegado; con humildad avasallante.

“Mi nombre es José Novas” dijo ofreciendo su mano derecha, “mucho gusto conocerlo, siempre leo su columna”. El apretón de manos, las gracias por leerme, le ofrecí asiento, pidió permiso para mostrarme algo, y de un bulto que traía en bandolera sacó un libro.

“Lilís y los agentes del Tío Sam” el título me resultó fascinante. Siempre sentí gran curiosidad por Ulises Heureaux (Lilís) el único presidente negro, cocolo. La historia oficial sólo dice cosas horribles sobre éste hijo de una martiniqueña y un haitiano. Novas aporta mucha luz sobre la administración de Lilis, sobre todo sus aportes, hasta entonces ignorados con premeditación.

A Lilís, el único presidente negro lo mata Mon Cáceres, quien luego asume la presidencia y prohíbe la inmigración de personas que no sean de “raza caucásica”. El se inventa aquello de “adelantar la raza”. Su convención Dominico-Americana de 1907 le entregó las aduanas a Estados Unidos y desalojó parceleros dominicanos de sus tierras, luego se las regaló a corporaciones azucareras estadounidenses. Un racista y entreguista glorificado como héroe, con un museo a su legado. Novas aclara muchas otras cosas en “El presidente Cáceres, fábula del progreso, el orden y la paz” (2011).

Novas estudio informática, ecología y zootecnia, no es historiador, vive enamorado de la historia, apoyado en documentos oficiales.

Este jueves 21 de abril a las 6:30, Novas presentará, su octavo libro, “Los Gavilleros, la lucha nacionalista contra la ocupación 1916-1924” en el Centro del Libro cuesta. Es una lectura obligada para entender ese episodio histórico crucial. Con sus trabajos Novas me enseñó, que nuestra historia oficial es una descarada autobiografía de la clase dominante.