Desde hace varios años, muchos gobiernos del ámbito latinoamericano vienen sustituyendo la escuela de jornada reducida, simple, por otra de jornada extendida (JE), completa, única, ampliada, continua, intensiva, doble, tiempo completo, como también le denominan. En términos de tiempo, significa aumentar la docencia de 5 a 8 o 9 horas por día, según cada caso.
Como objetivos se le atribuyen, entre otros, que: (1) las escuelas se constituyan y desarrollen como referentes educativos y culturales de sus comunidades; (2) propongan, faciliten y gestionen una transformación positiva de la comunidad; (3) logren mejoras en los aprendizajes de los alumnos, mediante el aprovechamiento de los espacios, del tiempo y los recursos; (4) afiancen conocimientos, actitudes y prácticas que permitan a los estudiantes desarrollarse satisfactoriamente como tales; (5) generen experiencias de aprendizaje que contribuyan a la ampliación del horizonte cultural de los estudiantes, rescatando tradiciones locales, regionales y del país; (6) favorezcan el tránsito de la educación básica a la educación media, mediante la mejora de sus trayectorias escolares reales.
En definitiva, todos los objetivos que se puedan asociar a la JE confluyen en: mejorar la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
El 9 agosto de 2011, la ministra de Educación, Josefina Pimentel, informó que el año escolar 2011-2012 iniciaba el día 17, y anunció la implementación de un programa piloto de jornada extendida, con horario de 8:00 de la mañana a 4:00 de la tarde.,
Este pilotaje comenzó en 21 escuelas de zonas rurales y suburbanas de Azua, Barahona, San Pedro de Macorís, San Cristóbal, Cotuí, La Vega, Bonao, Fantino, Nagua, Santiago, Bahoruco, Mao, Monte Plata y el Distrito Nacional; también señaló que la meta del Ministerio es que si el plan funciona se implementará gradualmente a nivel nacional. ¿Por qué esta duda?…
La incertidumbre de la ministra Pimentel duró poco. En el discurso de toma de posesión el presidente Danilo Medina comunicó al país “Desde el año escolar que está por comenzar, ampliaremos el número de escuelas con jornada extendida y, para el 2016, por lo menos el 80% de nuestros estudiantes de ciclo inicial y básico, estarán incorporados en jornadas de 8 horas, con un currículo enriquecido, maestros más calificados y ambientes educativos dignos y con los recursos necesarios para un buen aprendizaje”.
Se sabe que la extensión de la jornada escolar no deriva automáticamente en beneficios académicos. Esta política requiere de un diseño cuidadoso que vaya más allá de un mayor tiempo de escolaridad.
Una política efectiva, como plantea la literatura sobre el tema, considera elementos como los siguientes:
a) Alcance. ¿Los esfuerzos se enfocarán en algún grupo poblacional, escuelas específicas o será universal?;
b) Escala. ¿La implementación tendrá lugar a través de proyectos pilotos, será implementada de manera gradual o no?;
c) Asignación de prioridades. ¿Cómo se realizará la selección de escuelas?;
d) Duración. ¿De cuántas horas será la extensión de la jornada escolar?;
e) Enfoque. ¿Cómo se ajustará el enfoque pedagógico y curricular a la jornada extendida?;
f) Asignación. ¿Cómo se asignará el tiempo adicional?, ¿cómo será el desglose entre actividades curriculares principales y complementarias?, ¿qué pasará con los recreos?;
g) Partes interesadas. ¿Cómo se involucrará y consultará a las partes interesadas, incluyendo estudiantes, padres, maestros y directores?;
h) Docentes, ¿cómo involucrarlos, capacitarlos y apoyarlos?
Antes de su ejecución, un proyecto de JE debe dar respuesta satisfactoria a cada uno de estos aspectos y a otros que surjan, porque es un plan para no improvisar. Y como involucra a muchos actores, hay que asegurarse que cada uno cumpla con la responsabilidad que le compete. Si no ocurre así el plan peligra.
Los responsables de la ejecución del plan debieron concentrar la atención a los últimos cuatro literales. La evidencia revela falencias en estos aspectos medulares; los cuatro primeros son de decisión administrativa.
Es de esperarse que la JE mejore la calidad educativa, porque permite desarrollar actividades que se imposibilitan en la escuela de jornada simple, por su estrecho margen temporal; y porque algunos autores afirman que los países que exhiben mejores resultados en el aprendizaje tienen sistemáticamente mayores tiempos de trabajo escolar. Pero debe ser un trabajo pedagógico de calidad para que la JE no se convierta en un espacio de desperdicio de tiempo y de recursos.