La Política Nacional de Jornada Escolar Extendida que se desarrolla en la República Dominicana participa de un contexto socioeducativo en el que prevalece la preocupación por la calidad de la educación. En este entorno, los enfoques curriculares, especialmente el enfoque por competencias, adquieren especial relevancia. La política de Jornada Escolar Extendida continúa concitando el interés de la sociedad, por las oportunidades que ofrece para los estudiantes, para las familias y para la sociedad en general. La tendencia es la universalización; y, por tanto, se espera una incidencia mayor de esta modalidad educativa e institucional. Se espera que esto implique, a su vez, una atención mayor a las necesidades educativas y sociales de los diferentes actores. Este tipo de institución tiene posibilidades de establecer un diálogo más formal y efectivo entre el centro educativo y la sociedad. Por ello mostrará su capacidad de superar el aislamiento; pondrá en acción los recursos y capacidades necesarios para una mayor incidencia social y educativa en los contextos de inserción. En este artículo le dedicamos un espacio especial a la lógica del tiempo en la política de la Jornada Escolar Extendida
La Ordenanza 02-2014 que instituye la Política Nacional de Jornada Escolar Extendida para los Niveles Inicial, Primario y Secundario a partir del año escolar 2014-2015 le otorga un valor singular al tiempo; particularmente, a su gestión, organización, distribución y utilización. El artículo 4 presenta un horario de 8 horas; el artículo 5 destaca el tiempo de los períodos de clases; el artículo 6 subraya la Organización del tiempo; el artículo 7 plantea las horas que tendrán los cursos o talleres curriculares optativos de Primaria y del Primer Ciclo de Secundaria. De igual modo, el artículo 8 con sus seis párrafos indica que las áreas en los diferentes ciclos, niveles y modalidades deben gestionar el tiempo con flexibilidad; el artículo 9 pone énfasis en el uso y en la organización del tiempo. De once artículos, seis tienen como foco el tiempo. Esta relevancia se articula con el significado que tiene esta categoría en la sociedad del conocimiento y en el campo de las tecnologías de la información y de la comunicación.
Identificamos tres aspectos preocupantes relacionados con el modo en que la ordenanza aborda el tiempo. La primera preocupación se genera al constatar que en ningún momento se especifica tiempo para que los docentes estudien, analicen y cualifiquen su práctica. Hoy no es aceptable dejar de lado el tiempo que requieren los profesores para prepararse como mediadores cualificados de los procesos de aprendizaje de los estudiantes. En una época en que en el país se importan y se buscan profesores de excelencia, el tiempo de calidad para los estudiantes y para los docentes es fundamental. En la Jornada Escolar Extendida los profesores carecen de tiempo de calidad; entendido éste como un tiempo que les permite profundizar y valorar críticamente su propia práctica en el plano individual y con sus pares. Una segunda preocupación se relaciona con la vigencia de una lógica del tiempo que no incentiva la investigación sistemática en los docentes. Si los docentes no cuentan con espacio y tiempo de calidad para su desarrollo intelectual, se convertirán en un instrumento de las actividades que no son específicas de su rol en los centros educativos. Su rol como agente educativo que trabaja en los procesos de construcción de las ciencias se ve erosionado; porque los profesores carecen de tiempo para una producción que potencie su desarrollo intelectual, que afirme su capacidad para hacer avanzar las ciencias y renovar la cultura de los centros educativos.
La tercera preocupación se centra en la necesidad de que la Política de la Jornada Escolar Extendida organice y distribuya el tiempo garantizando atención a la calidad del ser de los profesores. Estos no sólo pueden ser valorados por la función que desempeñan. Su ser como persona requiere cuidado y atención. Este cuidado ha de permitirle encontrarse consigo mismo para identificar sus posibilidades, sus satisfacciones, sus dificultades, sus aspiraciones. En el continente y en el país, la atención al ser tiene menos importancia que el hacer cuando se trata de los profesores. Con frecuencia se piensa y se repite que los profesores han de saber, han de hacer, han de trabajar, etc. Pocas veces se escuchan y se observan manifestaciones ocupándose de la calidad del ser. Se ha de articular el fortalecimiento del ser y del hacer, para que se potencie la persona del maestro y no se convierta en una máquina que reproduce normativas y multiplica ideas de terceros. La Jornada Escolar Extendida ha de ser una experiencia para que la calidad y la calidez de la persona de los maestros se manifiesten en rasgos visibles y concretos. Para ello es necesario que el tiempo se conciba con una lógica más integral, que toma en cuenta a estudiantes y profesores.