No me hago muchas ilusiones acerca de la humanidad en general y de los lectores de este artículo en particular. Solamente me anima la débil esperanza de que alguna persona llegue a entenderme. Aunque sea solo una persona.
E. Sábato
Por su expresa predilección homoerótica J. Brewster fue objeto de repudio e impugnación por los sectores más retardatarios del país incluso antes de su arribo a la ciudad primada, ignorando sus reaccionarios voceros que el placet de Washington y el agrement acordado por el gobierno del presidente Medina estaban ya concertados, resultando inútil y de pésimo gusto contrariar las voluntades de dos administraciones en excelentes términos de amistad y cooperación.
La oposición a su nombramiento en razón de su orientación sexual por parte de ciudadanos de un país que como la República Dominicana ha suscrito – durante el gobierno de Leonel Fernández – la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de las minorías – incluyendo los LGBT – y la Declaración del Consejo de los Derechos Humanos para desalentar actos de violencia por la orientación sexual, en un primer momento suscitó el asombro en quienes conocíamos los convenios firmados.
Además de ser un gay a cara descubierta, la otra diferencia con respecto al exnuncio es que el actual embajador de USA gusta de las frutas y no de las flores, les atraen los adultos y no los jovencitos, y aunque esta preferencia carezca de importancia para los homófobos, legal y socialmente sí la tiene pues en este caso “hacer el amor” será un asunto entre personas consintientes, mayores, sin involucrar en lo absoluto menores indefensos que pueden resultar emocionalmente afectados.
Por estar bíblicamente maldecidos como bien podemos leer en Génesis, Reyes, Corintios y Timoteo, en la actualidad hay unos 76 países con penas de prisión para los del torón ton ton, en 8 hay penas de muerte y delitos de odio en su contra en la casi totalidad de ellos. Estas bíblicas predicciones han provocado a que en el imaginario dominicano los LGBT sean percibidos como si fueran seres portadores de un gen defectuoso, de una enfermedad, de una maldición, en fin, de una fatalidad.
Ser considerado un homosexual es aquí una manera de descalificar a una persona, recordando ahora que durante mis estudios el alumno más sobresaliente tenía un lenguaje gestual francamente andrógino, y uno de los más rezagados del curso no toleraba sin resabios esta supremacía. Creía este último reivindicarse, defenderse, diciéndonos por lo bajo que el primero era un homosexual y con este calificativo pensaba demolerlo, abatirlo ante los demás. Esta resentida observación fue una gran lección para el autor de este artículo.
El comportamiento casi penitencial que tenían que llevar los gays empezó a deshacerse, al menos en los Estados Unidos, hace más o menos 50 años, específicamente el 28 de junio de 1969, cuando los disturbios en el conocido pub neoyorquino “Stonewall Inn” en el condado de Greenwich. Grupos homófilos intentaron demostrar que los del torón ton ton podían insertarse en la sociedad fomentando una cultura de no confrontación entre homos y heteros. Ese episodio fue la Bastilla en el mundillo homoerótico.
Desde entonces el activismo gay se ha difundido por todo el planeta siendo las manifestaciones públicas más patentes los desfiles del “Gay pride” celebrados anualmente, y sobre todo la concertación de uniones legales entre la membrecía que garantizan la protección de los bienes de la pareja, la aplicación en el tema de la sanidad, el derecho de tener una pensión y heredar a su compañero a la muerte de éste. Estas conquistas han situado a los gays en paridad a los homófobos.
La actitud precámbrica de la iglesia y de una parte de la idiotacracia nacional es la de no estar conformes con esta tolerancia. Sus miembros quisieran que los gay fueran como el actor de cine Rock Hudson; como el ex jefe de la FBI como bien observamos en el film “J. Edgar “estelarizada por Di Carpio o como el célebre Director de orquesta pianista y compositor de la música de la película “West side story” el norteamericano Leonard Bernstein. Estos tres personajes, al igual que los sacerdotes pedófilos, ocultaban su verdadera sexualidad.
Para quienes no están informados debo revelarles que Frédéric Mitterrand sobrino del ex presidente François Mitterrand fue ministro de cultura de SarKozy siendo un gay confeso. Guido Westerwelle – recientemente fallecido – fue el responsable de la política exterior de Angela Merkel del 2009 al 2013, el cual vivía públicamente con su novio, mientras que Jeremy Bernard el Secretario Social de la Casa Blanca en este gobierno de Obama es un reconocido activista gay.
Debemos también recordar que la ex presidenta de Islandia Jóhanna Siguroardóttir; el ex primer ministro de Bélgica Elio Di Rupo y el primer ministro de la muy católica y conservadora Luxemburgo Xavier Bettel se casaron con sus parejas homosexuales, siendo este último el primero en hacerlo en pleno ejercicio de sus altas funciones. Ni en Francia, Alemania, USA, Bélgica y Luxemburgo se recogieron firmas para sus respectivas destituciones.
Señores, la culpa no es de España sino de los tiempos como se dice para exculpar a la madre patria por el exterminio de los indígenas en América, y en la actualidad resulta extemporánea y risible cualquier acción como la emprendida por el dictador Trujillo contra el otrora enviado extraordinario de USA y autor de “La viña de Naboth” Benjamin Sumner Welles, al publicar el primero aquel “Acusamos a Welles” tratando de descalificarlo por el escándalo del tren ideado por los agentes del Benefactor de la patria.
El episcopado dominicano y ciertos intelectuales del país al solicitarle al gobierno nacional que declare persona non grata al embajador Brewster demuestran que nuestro pueblo, a diferencia de los europeos, es muy vulnerable, extremadamente susceptible al contagio de un hombre del torón ton ton que tiene la intrepidez – a diferencia de los curas – de ostentar en público su orientación genérica haciéndose acompañar por su apuesto querendón.
Es muy probable que hermanos, primos, tíos, hijos o feligreses de los firmantes hayan pagado entradas VIP carísimas para ver a Ricky Martín junto a su marido en la Romana; a Elton John y su esposo en Miami; a Freddy Mercuy en New York; a Rudolf Nuréyev y su amante bailando en el Metropolitan o visto películas de Almódovar en Bella Vista Mall. Su asistencia a estos espectáculos estaría reñida con su eclesiástica moral al representar estos artistas al demonio, a Satán, a los que debemos exorcizar, aniquilar.
Si fueran consecuentes con su pensamiento y leales a su sentir jamás en la vida se vistieran con un traje de Yves Saint- Laurent, comprar un pantalón de Valentino, usar un perfume de Armani o adquirieran una corbata de Paco Rabanne ya que todos ellos no pertenecen solamente al grupo homo de la población, sino están o estaban emparejados. Es oportuno señalar que estas firmas han financiado la restauración del Coliseo, la Fontana de Trevi y la Galería de los Oficios en Italia, es decir, la homosexualidad tutelando el arte.
Según la Relatio Synodi, un cónclave efectuado en Roma en Octubre 2014 al que asistieron 191 padres que tratan de mejorar las relaciones de la iglesia con el mundo moderno, éstos sostenían que los del toron ton ton tienen dotes y cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana, y no creemos expresar nada nuevo al afirmar que ellos son los creadores de tendencias, los prescriptores de las modas, los que definen el buen gusto en fin los árbitros del glamour en el mundo. Max Jacobs, John Galliano, Karl Lagerfeld y Alex McQueen son ejemplos de ello.
Únicamente mentes retorcidas y torticeras podían imaginar que el embajador estadounidense y su consorte visitaban el Instituto Iberia con la finalidad de hablarles de su matrimonio, de enamorar y sobar los jóvenes como lo haría un cura pedófilo, o que su presencia – el colmo del absurdo – desataría una contaminación parecida al Zika o la Chikunguya. Señores miembros del Episcopado e intelectuales signatarios de la infeliz petición, los muchachos de ahora saben más que los adultos en el ámbito del erotismo.
Se recuerda muy bien la resistencia que hubo a nivel de la población dominicana cuando se introdujeron los vehículos de motor, los pantalones campana, los tatuajes, los chemises, el uso del pelo largo y aretes por los hombres, las minifaldas y los zapatacones. Ahora convivimos con naturalidad con todos esos “atrevimientos” y lo mismo ocurrirá con los emparejamientos homo. En un principio resulta chocante como le sucedió al autor deambulando por las calles de Madrid y Barcelona después de la legalización de las uniones.
Es muy probable que ante la visita del representante de Obama en el país junto a su esposo, los estudiantes – que ya sabían – del Iberia mostraran una gran expectativa y curiosidad muy en consonancia con su edad y las novedades propias de la época que están viviendo, y los comentarios después de finalizada la misma de seguro estuvieron salpicados de humor y guasa. Nada que ver con la perversión, contagio e infección presagiada por los antediluvianos que firmaron la impertinente y políticamente incorrecta solicitud.
Las religiones monoteístas les han hecho mucho daño a los gays y a los judíos al marcarlos con un estigma responsable de muchos suicidios y homicidios, y a sus representantes debemos evocarles estas palabras del mejicano Carlos Monsiváis: “La actualidad se ha secularizado y no hay moderación por motivos religiosos. Lo prohibido ha dejado de serlo y se ha convertido en irreparable. Lo privado se hace público y quienes hacen ostentación lo hacen con jactancia. Es la santa exhibición de las inhibiciones ¿quién lo hubiera pensado? Podrán volver las oscuras golondrinas pero esa época de miedo no volverá”.
Para el colectivo LGBT nacional e internacional – representan un 4% de la población mundial – la presencia de Wally en la Embajada constituye una gran reivindicación de su causa en el sentido de que la homosexualidad poco a poco dejará de ser vivida como una minusvalía; los del toron ton ton no tendrán la impresión de valer menos que los demás como antes sucedía. Esto para los hetero no tiene importancia pero sí la tiene para una identidad sexual reprimida desde los tiempos bíblicos, cuya exclusión social parece estar amenazada por la inclusión prevaleciente en muchos países.
Aunque en el último medio siglo los gays han realizado conquistas que Walt Whitman, Oscar Wilde y Gertrude Stein nunca hubieran soñado, es bueno que sepan que aunque en ciertos países de Europa y Las Américas exista un encaje legal, su encaje social dista mucho de ser visible. La discriminación y los delitos de odio, aunque tipificados éstos últimos como infracciones al Código Penal, son muy frecuentes en sociedades como la nuestra donde aun tienen vigencia versos como los del mejicano aquel: “pobre del hombre que nace hembra/más le valiera pegarse un tiro por donde quiera”.
A diferencia de los cristianos que llevan más de 2000 años esperando la llegada del Mesías, los del toron ton ton parece que no tardarán tanto tiempo en alcanzar su pública tolerancia a nivel planetario. Sospecho que los veinte siglos de espera por parte de los creyentes obedece en alguna medida a que Jehová destruyó a Sodoma por los sodomitas, pero el resultado fue peor debido a que a raíz de la devastación Lot tuvo que hacer el amor con sus hijas incurriendo en el nefando pecado del incesto. Hacer un padre el amor con una hija es muchísimo peor que la sodomía consentida.
Finalmente creemos, que la petición del episcopado y los “intelectuales” figurará en la historia nacional junto a otros episodios folclóricos como: la venta del frondoso bigote de Bubul Limardo por mil pesos; la solicitud en 1954 de la sociedad civil dominicana a la Academia Sueca para que le concediera a María Martínez de Trujillo el Nóbel de literatura; la quema de libros de Vargas Llosa en Santiago así como la propuesta de un político para que se construya un muro en la frontera con Haití.