Cuando un hombre que piensa y lee llega a cierta edad,  no puede hacer otra cosa que callar.  Son tantas las cosas que se pelean en su mente y se agrupan en su garganta que enmudece.  Por eso muchos recurren al silencio.

Ortega y Gasset

A diferencia de nuestros vecinos insulares castellanohablantes Cuba y Puerto Rico, nuestra media isla no es con frecuencia asiento de acontecimientos o eventos internacionales.  Hace poco en la llamada Perla del Caribe tuvo lugar la visita del presidente norteamericano B. Obama y la actuación del famoso grupo de rock The Rollings stones, en tanto que la isla del encanto fue sede del VII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) de trascendencia iberoamericana.

A pesar de ello, para los sexólogos y sociólogos de aquí y de allá ha ocurrido un hecho sin precedentes en nuestra vida republicana.   Ha consistido en la designación en el país de dos personajes de sexualidad no convencional como máximos representantes, uno del imperio religioso que desde hace veinte siglos domina el espíritu de Occidente  y el otro de la nación que representa el poder económico en el mundo.  Para más señas, el imperio de la fe y el imperialismo monetario.

Algunas precisiones debemos hacer para una mejor comprensión de este trabajo.  Del Nuncio apostólico se ignoraba en Roma – cosa que dudamos – su orientación sexual, lo cual no era el caso del enviado estadounidense.  Ambos no coincidieron en el ejercicio de sus cargos, concurrencia que hubiese sido del gusto de un artista de la pluma pues el primero fue destituido el 21 de agosto 2013 y el nombramiento del segundo fue tres meses después.  También sus preferencias homoeróticas eran totalmente antagónicas.

Es de rigor puntualizar además, que aunque tenía y tiene la dignidad de embajadores empleo el término de cónsules de Sodoma al ser este el calificativo utilizado por el poeta catalán Jaime Gil de Biedma como sinónimo de gays.  Asimismo, que no obstante ser agnóstico estoy muy convencido de la seguridad espiritual que procuran las creencias religiosas.  Finalmente me tomaré la libertad de designar a los gays en éstos dos artículos con el jocoso apelativo usado por un amigo taxista: son hombres del torón ton  ton. 

A los ríos de tinta y controversiales intervenciones televisivas que han generado éstas originales nominaciones en la diplomacia  nacional, pensaba dar la callada por respuesta como lo aconseja el epígrafe orteguiano que encabeza este artículo.  Cambié por completo de postura al escuchar y leer los inquisitoriales comentarios que el episcopado dominicano y la caverna política local ha vertido  en relación a la visita del señor Brewster al Instituto Iberia de Santiago el pasado día 9 de febrero.

Hace 63 años que fui alumno de este prestigioso y severo plantel docente santiaguero, siendo su actual director Víctor José Martínez un dinámico mozalbete que asistía a los inolvidables Don Pepe y Doña Luisa.  Desde esa época todo lo vinculado a esta institución desde su antigua ubicación en la calle del Sol hasta su actual emplazamiento, resulta de mi particular interés, tal y como les sucede a los lasallistas y a las ex discípulas del colegio Sagrado Corazón de Jesús de la misma ciudad.

Debemos comenzar esta exposición recordando, que Józef Wesolowsky nacido en Polonia fue nombrado nuncio apostólico en República Dominicana en enero 2008 habiendo antes ocupado igual posición en Bolivia, América del sur,  y en Kazajistán, Tayikistán, Kirguizistán y Uzbekistán antiguas repúblicas soviéticas en Asía  Central. Es decir, que no solo tenía experiencia en el desempeño de esta posición al ser enviado a Santo Domingo, sino que con seguridad conocían su pertenencia al Negro Misterio como decía el escritor francés Roger Peyrefitte.

En descargo de los responsables de su escogencia en El Vaticano debemos señalar, que los pedófilos – como era el caso de Józef – son entre los gays los mas viriles y más difíciles de descubrir, incluso muchos de ellos logran casarse con mujeres, pero su aparente normalidad, serenidad, no resiste el avistamiento de niños o adolescentes incurriendo, como si de un pulpo se tratara, en tocamientos e insinuaciones que en no pocas ocasiones alcanzan las características de un asedio en toda regla.

Entre los del torón ton  ton los pederastas son los de más ardua recuperación – ni mediante electrochoques, castraciones químicas etc. – al intentar su rehabilitación o reconversión a la heterosexualidad como se estilaba hasta fines del siglo pasado, y por las neuropatías y trastornos psíquicos que con posteridad provocan en los efebos victimas de su acoso, esta parafilia está penalmente castigada en la mayoría de los países  aunque poderosas redes de pedófilos burlan por internet a las autoridades.

Los efobófilos, que así también se denominan a quienes en el sexo prefieren las flores – niños – y desestiman los frutos – los adultos – son rechazados sin misericordia por toda la población al ser su objetivo seres indefensos no consintientes, agravándose la situación cuando el pedófilo es un religioso al existir la general creencia de que estos eclesiales sujetos son los representantes de Dios sobre la tierra aunque en su pastoral ministerio no figuren los sobamientos y manoseos.

Nunca divisé a Wesołowski ni de incógnito por esas calles de Dios ni en ceremonias o actos protocolares, pero si su religiosidad era sincera, vocacional su terrenal existencia debió ser una tragedia de dimensiones apocalípticas ya que su orientación sexual era un verdadero tormento si hacía suyas aquellas palabras de Jesús recogidas en Marcos 20:14 y Mateo 19:14: “Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos”. 

Al invocar estas evangélicas palabras él sabía que su intención no era la salvación sin condiciones propia de la inocencia, de la ingenuidad sino mas bien el morbo que le despertaba su desvalimiento, su volubilidad corporal donde rasgos femeninos aun persisten ante el inminente empuje de la masculinidad emergente.  No es necesario ser propietario de una desbordante imaginación para suponer el drama del difunto  ex nuncio durante el ejercicio de su cargo en República Dominicana debió ser un espantoso viacrucis.

Peor que el infortunio de este desdichado diplomático es el de aquellos curas pedófilos que en el país administran, regentean o enseñan en colegios o escuelas, ofician misas o dirigen pastorales juveniles debido a que están en contacto permanente con muchachos – no tienen que buscarlos como Józef – ignorando sus padres y tutores los desmanes eróticos que a escondidas podrían eventualmente hacerles los ensotanados responsables de su educación e instrucción.

Antes de Wesołowski se habían registrado en el país enojosos casos de abuso sexual contra menores cometidos por eclesiásticos como el ocurrido en el Hogar la ciudad de los niños San Francisco Javier en San Rafael de Yuma, el affaire del sacerdote Domingo Espinal en el INVI, Santo Domingo; el caso del obispo Príamo Tejeda en San Cristóbal; el del cura Alberto Zacarías en Bonao y los sonados incidentes del polaco Alberto Gil Wojciech en Juncalito y del padre Johnny en Constanza.

Cualquier dominicano medianamente enterado de los atropellos sexuales que algunos miembros de la curia nacional han cometido en perjuicio de jóvenes adolescentes, reflexionaría por varios días sobre la conveniencia o no de inscribir sus hijos varones en los grados bajos o intermedios de un centro de instrucción católico, al existir el evidente riego, la peligrosa contingencia de ser tempranamente traumatizados por un despertar erótico nada convencional.  Esa desconfianza estará siempre presente en su ánimo.

Frente a estos eclesiales desafueros pensábamos que la feligresía local reaccionaría de forma iracunda o iniciaría en todo el territorio nacional una activa campaña de recogida de firmas para protestar por tales excesos.  Sin embargo un silencio cómplice ha sido la repuesta, y en el caso específico de Wesołowski  cuando Roma y la justicia dominicana iniciaron una investigación de sus tropelías, los lideres de esa confesión en el país negaron públicamente que el mismo estuviera siendo requerido por abusos a menores.  Advirtieron que su convocatoria era un simple procedimiento administrativo.

La iglesia apostólica y romana pidió perdón por las infamias cometidas en el pasado como fueron la persecución de Galileo, el comercio de esclavos en África, las hogueras de la Santa Inquisición, las muertes consecutivas a la Reforma protestante, la misoginia e injusticias contra las mujeres y la devastación de Constantinopla por los cruzados entre otros ultrajes.  Por qué, nos preguntamos nosotros, el episcopado criollo no solicita de viva voz o por escrito su indulto al pueblo dominicano  por los vejámenes sexuales cometidos por algunos de sus desaprensivos miembros?

Lo mínimo que la población pudiera realizar sería el establecimiento de un cordón preventivo en torno a los centros de enseñanza y templos de esta religión, contemplando además el castigo de los curas pederastas envueltos.  El curato nacional ni siquiera ha pedido indulgencia como hipócritamente acostumbran, ni tampoco se han lamentado como hizo hace algunos años Fidel Castro por el internamiento forzado de los hombres del torón ton ton en los tristemente célebres  campos de concentración del UMAP.

Aunque todos los apóstoles tenían sus respectivas mujeres es lamentable que  los sacerdotes vivan bajo los principios de la castidad y del celibato, ya que si fueran pastores de una iglesia evangélica,  ulemas, rabinos o de cualquier otras confesión religiosa, tendrían su pareja femenina y no molestarían  a los jóvenes bajo su tutela.  En este caso la institución donde se formarían dejaría de llamarse Seminario, que como sabemos proviene de semen, al tener este  fluído reproductivo otro destino.

Ningún Estado del mundo y para colmo el más pequeño – sólo 44 hectáreas – como lo es El Vaticano ha tenido que desembolsar más dinero para indemnizar  a las víctimas de su pedófilos subalternos, lo cual explicaría en parte la rabiosa homofobia de los autoridades petrinas.  Aunque el Papa Francisco ha iniciado un tímido empeño para castigar los curas pederastas, en el mes de marzo 2016 el sacerdote Bernard Preynat de la diócesis de la ciudad francesa de Lyon, ocultado por su superior el cardenal Philippe Barbarin, ha admitido su pedofilia.  Al parecer no hay  forma para reprimir sus depredadores impulsos.

Contrariamente a Wesolowski y a los curas pedófilos de triste recordación, a finales del 2013 y con apenas 53 años de edad fue designado como embajador de Estados Unidos en el país Mister James “Wally” Brewster quién hacía su debut en la carrera diplomática,  implicado también  en la defensa de los derechos humanos  y en el activismo gay.  La noche de su juramentación contrajo matrimonio con su socio Bob J. Satawake de ascendencia cherokee.  En el próximo artículo hablaremos sobre este diplomático  y sus peripecias debido a su identidad sexual sui generis.