Comencemos con una pregunta:
¿Qué tienen en común Tayyip Erdogan y Nicolás Maduro?
Además de ser líderes de sus países, Turquía y Venezuela, ambos están haciendo todo por ser los “Todo poderosos”…
Así es. Ambos han llevado a cabo acciones para poder estar por encima del sistema… ambos quieren tener el poder absoluto.
La historia nos ha enseñado que cualquier “líder” que recurre a tácticas para ser el “todo poderoso” ha terminado derrocado, exiliado, encarcelado o muerto: Muammar Gaddafi, Saddam Hussein, Hosni Mubarak, Idi Amin, etc.
Los amantes de las dictaduras siempre podrán utilizar el “romántico” ejemplo de Cuba, pero me queda claro que cuando un pueblo tiene hambre o no tienen las más mínimas libertades de expresión, por más letrado que sea, el sistema falló.
A unos les ha durado el juego más que a otros, pero no hay duda que dicha forma de gobernar ya no aplica en tiempos en los que la institucionalidad y derechos humanos son dos aspectos FUNDAMENTALES para la supervivencia de cualquier sistema de gobierno.
Recientemente Maduro y Erdogan han recurrido a tácticas “supuestamente” permitidas por la ley para poder estar por encima de la misma, siempre justificándose al decir que es “por el bien del pueblo”.
¡Irónico! ya que los poderes del Estado están creados para que el “pueblo” tenga participación en la toma de decisiones y evitar que el país esté en manos de una sola persona.
Esto es teoría básica del Estado… No se necesita tener un PhD en Leyes o Ciencia Política para conocer todos los beneficios de la división de poderes, pero -tristemente- hay quienes en Turquía, Venezuela y el mundo creen que esta es la única forma de gobernar… si, al estilo de Kim Jong-Un en Korea del Norte.
Soy un convencido de que la “Democracia” NO es un sistema perfecto, pero reconozco que de todos los sistemas ES EL MEJOR, ya que permite “al pueblo” ser parte del gobierno, y elegir a sus gobernantes por un tiempo determinado, y estos tendrán que hacer un buen trabajo para permanecer “en el poder”.
Jamás justificaré que un Nicolás Maduro, Tayyip Erdogan o quien sea, tenga poderes absolutos. ¡NADA LO JUSTIFICA!
Lo más precupante de todo es que dichos individuos al conseguir lo que quieren están sentando un precedente, dándole ideas a otros líderes en otros países de que se puede conseguir poder absoluto.
Estamos viendo el comienzo de un juego MUY peligroso.
El “pueblo” aún puede y debe hacer lo que sea necesario para que aquellos líderes que sueñan con ser “dioses” jamás tengan las herramientas para poder tener el poder absoluto.
Hoy es Venezuela y Turquía… hagamos todo para que mañana no sea uno de nuestros países que -todavía- viven en una democracia con división de poderes.
Mi artículo en 140:
@RaulBaz